martes, 24 de diciembre de 2019

La salud física y mental.


La salud es el bien más preciado que podemos tener, por eso tenemos que cuidarla, conservarla y prevenir de la enfermedad. Tenemos que tomar conciencia de que es algo particularmente nuestro y por tanto somos nosotros mismos los que tenemos que tomar las riendas de nuestra propia salud, y no pensar que para eso están los médicos a los que acudimos cuando nos encontremos mal para que nos curen. Nuestra salud es exclusivamente nuestra y por tanto somos los responsables de ella y no vale el dejarla en manos de nadie, ni de médicos, ni de cualquier otro especialista de la salud. Somos nosotros mismos los que tenemos que velar por ella haciéndonos responsables de todo lo que atañe a nuestro cuerpo mente y espíritu.

Los médicos nos pueden ayudar, haciendo más llevaderos los sufrimientos que produce la enfermedad, pero difícilmente nos curaran o nos liberaran de las causas por las que hemos enfermado y mucho menos a prevenirlas. Somos nosotros los que nos tenemos que prevenir de las dolencias que nos pueden generar un mal estilo de vida, una inadecuada alimentación, malos hábitos y pensamientos negativos. Urge por tanto hacernos cargo de nuestra propia salud, pues en ello nos va, como mínimo, una buena o mala calidad de vida o incluso la propia existencia.

Tenemos que ser conscientes de que todo en la vida tiene su porque, nada es casual, todo ocurre por algo. En el caso de una buena o mala salud pasa lo mismo, pues a excepción de aquellos que nacen con problemas, que son muy poquitos, el resto, en la mayor parte de las veces, todos los problemas de salud nos los hemos creado nosotros mismo, por ignorancia y/o falta de concienciación sobre este tema tan importante de nuestra vida.

Las enfermedades no vienen solo con la edad, aunque si es verdad que la padecemos más que cuando somos jóvenes, entre otras cosas, porque tenemos menos recursos, hormonas, energía etc. para combatirlas, pero esencialmente aparecen cuando nuestro cuerpo está lleno de toxicidades. Cuanto más mayores somos, está claro que más toxinas acumulamos, debido especialmente a una mala alimentación y estilo de vida, bien por comer demasiado, estar mal nutridos, no hacer algo de ejercicio o por llevar una vida desordenada sin respetarnos a nosotros mismos.

Es importante que aprendamos a cuidarnos nosotros mismos, que aprendamos a comer, alimentarnos y limpiarnos de las suciedades y toxicidades que genera nuestro cuerpo, no solamente por fuera, también por dentro.

La alimentación influye sin duda en todos los órganos del cuerpo, incluido el cerebro, pues si está bien alimentado tendremos lucidez, claridad de ideas, capacidad de trabajo y concentración, Si por el contrario está mal nutrido y dañado nos será muy difícil concentrarnos, tendremos pocos reflejos y nuestros pensamientos estarán distorsionados por los dolores y molestias. La alimentación es una parte muy importante de una buena o mala salud, física y mental; pues si estamos bien nutridos, que no quiere decir bien alimentados, pues podemos estar bien alimentados y mal nutridos, todos nuestros órganos funcionaran mejor, incluido el cerebro, que si tenemos algún tipo de deficiencia nutricional.

Todo es importante en la vida y de nada tenemos que pasar, la educación, las ciencias, la política, las relaciones humanas, etc., pero si tenemos que establecer prioridades la primera será siempre, la relacionada con la salud a través de la alimentación y estilo de vida, pues en ello nos va nuestra existencia, nuestra propia vida.

Una alimentación basada principalmente en productos naturales como toda clase de frutas y verduras, cereales no refinados, legumbres y frutos secos, será siempre mucho más sana que una alimentación basada o con preponderancia en las carnes, pescados, productos lácteos (leches y derivados) huevos, dulces y frituras con aceites muchas veces recalentados y poco buenos. Esto no quiere decir que no podamos o debamos comer nunca estos productos, pero sí, hacerlo lo menos posible, especialmente los lácteos, las carnes y los dulces.

Es bien sabido que con el exceso de proteínas se acidifica la sangre y es causa de muchas dolencias como la gota, diabetes, colesterol y dolencias cardiacas, incluso el cáncer, por poner algunos ejemplos.

Igual que los problemas psicológicos y mentales como la ansiedad, él estrés y otros se pueden somatizar, convertirse en dolencias físicas. Los problemas físicos, pueden hacerse psíquicos e influir en nuestra mente y nuestra disposición interna y de cara al mundo que nos rodea. Luego está claro que la salud física y mental, están íntimamente unidas, van de la mano.
Como el tema de la salud atreves de la alimentación me parece muy importante os indico un libro que os puede interesar a todos y que podéis bajar gratis para leer, pulsando sobre su título “El Estudio en China”

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