viernes, 29 de mayo de 2020

Marqueses y terroristas.


En el día de hoy se ha llegado a límites penosamente superables, aunque todo es susceptible de empeorar, se entiende la crítica, la crítica acerada, perfectamente, es más, así debe ser, pero argumentar sobre condiciones personales siempre es lamentable, no aporta nada a nadie, ni al acusador, ni al acusado, ni al resto de la cámara, y lo que es fundamental al común de la ciudadanía, es bajar el listón del debate político a cotas de la miseria.

Sr. Pablo Iglesias:
 No lo entiendo porque tiene, nadie se lo niega, una capacidad de expresión de la ideas sobradamente demostrada, como para recurrir por enésima vez a la condición de marquesa de la oponente política Sra. Álvarez de Toledo, como si eso fuera en sí mismo un defecto de origen.

Sra. Álvarez de Toledo:
También de sobrada capacidad de expresión, no se le ocurre otra cosa que calificar de terrorista al padre de a quién se está dirigiendo, estrictamente es posible ya que este señor perteneció al FRAP, pero hasta donde yo sé nunca tuvo acusación alguna por delito de sangre.

Aun siendo "stricto sensu" ciertas ambas acusaciones:
¿dónde está escrito que la trayectoria de nuestros padres enriquece o empobrece por sí misma nuestra propia valía como personas?
¿quién puede elegir la cuna donde nace?
¿que se está juzgando, la genética o nuestros actos?

En fin, si hablaran solo para ellos ya sería inoportuno pero hablando para todos es prácticamente imperdonable, solo conseguirán enconar los espíritus de algunos y llevarnos hacia el asco hacia la política a muchos.   

Se están esforzando y lo conseguirán.