viernes, 22 de mayo de 2020

"Las comparaciones son odiosas".


Siempre he oído decir esta frase, pero nunca como ahora se antoja más evidente, si se diera por cierto como datos verdaderamente incontestables el gráfico elaborado por Luis Huete (profesor de IESE).    Lógicamente los datos para contrastar la eficiencia de los diversos países no pueden ser otros que, fallecidos por millón de habitantes y caída del PIB, sabiendo como sabemos que ningún país da datos reales de fallecimientos por COVID-19, entre otras cosas porque no se sabe a ciencia cierta dado que solo se contabilizan a aquellos a los que se le efectuaron las pruebas pertinentes, y también sabemos que ante la duda se tiende a disminuirlos.

Del gráfico que viene en el artículo mencionado en anexo adjunto, se deduce que:

*   La actuación de España es tristemente desafortunada.

*   Claramente se puede observar los países que priorizan la economía en detrimento de las vidas (y lo contrario).

En fin, también es cierto que esto está lejos de haber terminado, por mucho que el Gobierno (el nuestro y todos), afirmen que el número de la cifra de fallecidos está mejorando mucho, y se obvie el detrimento económico (el nuestro y todos), con lo cual los datos son susceptibles tanto de mejorar (ojalá) como de empeorar.

Ciertamente es una apreciación aproximativa a fecha de hoy, el futuro no está escrito, y habrá que tirar de otra frase popular ... "las cosas no son como empiezan sino como acaban".