sábado, 13 de febrero de 2016

Porque le llaman amor, cuando quiere decir sexo.

Eran más que suficientes 35 minutos para decirse lo que tenían que decirse, es decir, nada poco más allá de que parece que el domingo un invierno tardío hará honor a su nombre.
Ciertamente hablo de parte, creo que todos lo hacemos, pero procuro no pontificar y menos aún dejar de ver lo que a mis ojos es evidente, sea quién sea el objeto de análisis, de parte sí, pero tomando distancia y buscando la objetividad.
Después de los 17 noes y la innecesaria acidez con que algunos de ellos fueron enunciados, poco diálogo puede esperarse en el corto plazo por parte del Sr. Mariano Rajoy, ni creo que nadie en su sano juicio pueda esperar la mas mínima colaboración al respecto de una hipotética investidura del Sr. Pedro Sánchez.
Hay otros actores, hay otros hombres y mujeres al margen del PP y del PSOE, afortunadamente los hay, pero dado los tiempos y las maneras, por un momento me vino a la mente aquello de:
"Españolito que vienes al mundo te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón"    (Antonio Machado)

No será así, no debe ser así, sabemos que todo tiene solución salvo una cosa, el resto siempre puede recomponerse, así ha sido una y otra vez a lo largo de ​nuestra historia.