miércoles, 10 de junio de 2020

Reforma Laboral.


Desde mi punto de vista la reforma laboral recuperó el empleo en un número más que apreciable, pero llenó el país de trabajadores precarios, mal pagados, pésimamente pagados, y minusvalorados en sus derechos, no hay aquí ni izquierda ni derecha, es mantener los ojos abiertos y querer verlo, desde esa realidad cabe esperar que se "reforme" la reforma laboral, sí, en lo que sea de justicia y económicamente posible.

Ahora bien, cuando se prevé una caída en el mejor de los casos de un 9& del PIB, una pérdida de empleo muy fuerte y una recuperación de "sangre, sudor y lágrimas", ¿es el momento adecuado?, discutible, muy discutible.     

En todo caso, pactar la susodicha reforma con EH Bildu, sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo, es decir y sin mantener el orden de la semejanza, ni hablar con Oposición, Sindicatos, CEOE, ni demás agentes sociales, más parece un oscuro pacto político tras el cual se esconden intereses inconfesables, que un pacto tendente a conjugar en su justa medida la activación económica y la recuperación de derechos que nunca se debieron perder para los trabajadores.

Cada vez más en este circo, el Gobierno parece un trapecista titubeante que sabe que abajo no hay red, y en lugar de entenderse con los que comparten trapecio, es capaz de pactar hasta con los leones que están deseando salir de la jaula ... ... ... ¿acaso cree el Sr. Presidente del Gobierno que los leones se van a contentar siempre con hamburguesas?

¿Alguna vez o hasta ahora los partidos políticos cuando pactan (negocian) entre ellos lo hacen especialmente para beneficiar a los ciudadanos o, más bien lo hacen para conseguir algún tipo de privilegio o redito electoral del que puedan beneficiarse alguno de ellos?? Yo me creo más bien lo segundo que lo primero y, partiendo de esta base nunca que los partidos políticos negocian entre ellos me espero nada bueno.

No nos engañemos, los partidos políticos no mueven ni una paja pensando en los ciudadanos, todo lo que hacen es pensando en los privilegios de sus elites y del propio partido.

¿Qué Sánchez con tal de mantenerse en el poder es capaz de negociar hasta con el diablo, le importa poco las consecuencias que pueda tener, lo que negocia, para los ciudadanos? Y su partido el PSOE ha negociado con los batasunos en Navarra y con los separatistas en muchos municipios de Cataluña incluido la Ciudad Condal, pues Ada Colau también es separatista, aunque algunas veces lo quiera disimular. Así pues, ¿qué podemos esperar del PSOE con Sánchez a la cabeza y de sus interlocutores?