martes, 25 de agosto de 2020

La vitamina D y los baños de sol.

Está suficientemente comprobado que, niveles bajos de vitamina D, prolongados a lo largo del tiempo, favorecen cualquier tipo de cáncer, incluido el de próstata, además de otras patologías como la diabetes, osteoporosis, enfermedades cardiovasculares y digestivas.

La vitamina D tiene numerosas funciones, especialmente en el metabolismo del calcio y el fósforo, la salud ósea y el sistema inmunológico.

La mayor parte de vitamina D se sintetiza en los humanos sobre la piel a partir de los rayos UVB del sol.  De ahí la importancia de tomar baños de sol de forma moderada, pero sin protección solar siempre que estos baños solares, ahora en verano, se tomen a primeras horas de la mañana o a última hora de la tarde. Los mejores protectores solares son los alimentos ricos en carotenos y licopenos: zanahorias, calabaza, melón, tomates, manzanas, etc.

Uno de los tratamientos más eficaces contra las enfermedades infecciosas es una exposición al sol de forma controlada, si puede ser haciendo algún tipo de ejercicio o moviéndose de alguna manera, favorece al sistema inmunológico a combatir la enfermedad; de hecho, la exposición a la luz solar está relacionada con la producción de melatonina en nuestro organismo que, además de ayudarnos a dormir mejor, es un poderoso antioxidante que contribuye a que el sistema inmune funcione correctamente y reduce el impacto del envejecimiento a la vez que impide el crecimiento de células cancerosas.