miércoles, 13 de abril de 2016

¿El modelo sueco va bien? Así está pagando España el Estado del bienestar nórdico.


Las personas nacidas en la década de 1940 en Suecia son un grupo creciente de consumidores que gozan de un buen nivel económico, y cuyas preferencias y hábitos son más cosmopolitas que los de generaciones anteriores. Muchos de ellos han decidido emigrar al sur de Europa para vivir su jubilación en un clima más propicio y agradable que el de su país, y España es uno de los destinos preferidos. Y no solo por el sol, sino por las redes que tejen aquí y por la existencia de mano de obra barata en el sector de los cuidados que les permite estar bien atendidos a un precio que pueden pagar. El artículo 'Multiplex Migration and Aspects of Precarization: Swedish Retirement Migrants to Spain and their Service Providers', realizado por Anna Gavanas (Linköping University, Suecia) e Inés Calzada (CSIC, España), analiza la situación de estos llamados emigrantes jubilados internacionales (en inglés en el original, International Retirement Migrants, IRM) en nuestro país, comparándolos con las personas que les atienden.
En España confluyen dos conjuntos de actores de distintas nacionalidades con muy diferentes niveles socioeconómicos y contextos de procedencia: los IRM, la mayoría de los cuales han abandonado el mercado de trabajo y que provienen de una estructura de clase industrial amparada por el Estado de bienestar sueco; y los proveedores de servicios que operan formal e informalmente en el mercado de trabajo español, con una provisión de bienestar relativamente baja y una economía de servicios que se caracteriza por un alto nivel de precariedad.
Para el estudio se entrevistó a 80 suecos, 120 trabajadores o empresarios y 20 expertos de la costa sur de España y de las Islas Canarias, con el objetivo de abarcar la gran diversidad en las condiciones económicas y personales de los migrantes económicos, cuyo contacto establecieron a través de autoridades locales, asociaciones y empresas, redes de centros sociales, tales como la Iglesia de Suecia, e incluso transeúntes entrevistados en las zonas residenciales y cafeterías de las distintas ciudades.
La mayoría de los IRM, asegura el estudio, se encuentran registrados como residentes en Suecia, donde desde 2007 disponen de deducciones fiscales para los servicios domésticos que reciben en España y que son muy populares entre los ancianos nórdicos. Sin embargo, los bajos niveles salariales en España, junto con los servicios domésticos informales accesibles y de bajo coste, hacen que rara vez consideren que vale la pena utilizar los servicios legales y prefieran lo informal.
Hay alrededor de 90.000 ciudadanos suecos que viven en España, y el número está aumentado, especialmente porque la generación nacida en la década de 1940 ya se ha jubilado. De acuerdo con las cifras de 2013 del Instituto Español de Estadística (INE), la costa sur de España peninsular y las Islas Canarias son los destinos más populares para los suecos junto con Alicante. Sin embargo, estas cifras son simples estimaciones, ya que los IRM tienden a permanecer en España por temporadas, y quienes viven en nuestro país durante menos de seis meses al año no se registran como residentes.
Entre los entrevistados, hubo inmigrantes suecos que poseían varias casas, algunas de ellas en urbanizaciones que incluyen jardinería, limpieza, reparaciones, mantenimiento y demás servicios, y en que la mayoría de sus habitantes son europeos del norte. También hubo IRM que vivían en apartamentos (comprados o alquilados) y otros cuya residencia eran caravanas de 'camping' o simplemente la playa. Algunos IRM viajaban libremente entre sus residencias sueca y española, mientras que otros solo tienen una casa, la de España, y otros no pueden permitirse el lujo de volver a su país de origen. Hay IRM, especialmente las viudas y los solteros con bajos ingresos, que quieren cumplir aquí con su ideal de envejecimiento activo, independiente y móvil, y que luchan por conseguirlo proporcionando servicios informales a otros IRM.
¿Por qué vienen a España unos y otros? Según Calzada y Gavanas, porque la informalización, la precarización y los bajos salarios de nuestro mercado de trabajo les permiten llenar los huecos que deja el Estado de bienestar sueco. A pesar de las posibilidades de libre circulación dentro de Europa y de las estrategias de migración, las desigualdades sustanciales, entre países y dentro de cada uno de ellos, continúan sin tener respuesta. Las condiciones de trabajo asimétricas han aumentado y las posibilidades de un retiro activo e independiente se han polarizado, y más aún en el sur, con las medidas de austeridad impuestas con la crisis.
Las aspiraciones de los IRM, asegura el estudio, están enmarcadas en las condiciones de un mercado de trabajo globalizado e informalizado en el que domina la precariedad. La relación entre los migrantes económicos y los trabajadores y emprendedores que les prestan servicio está basada en la ausencia de derechos sociales y en la falta de acceso a prestaciones del Estado del bienestar, así como en las altas tasas de desempleo y los bajos salarios. Estos inmigrantes pueden vivir mejor en España gracias a este reparto, mientras que tendrían que afrontar dificultades financieras y sociales si su residencia fuera Suecia.
Más allá de los resultados del estudio, hay que entender el contexto globalizado en el que se desarrolla este nuevo turismo. Personas con un nivel adquisitivo alto o medio del norte de Europa pueden gozar en España de un buen nivel de vida, ya que los salarios más bajos que pagan en España les permiten acceder a mejores servicios; incluso algunos de ellos encuentran aquí una forma de ganar su sustento que no encontrarían en Suecia. Lo cual define un movimiento peculiar propio de esta época: del mismo modo que se pueden contratar inmigrantes cuando escasea la mano de obra en un país o se precisa que esta sea más barata, también se pueden exportar nacionales a lugares en los que tendrán un mejor nivel de vida y supondrán menos coste a sus estados de origen.

Cuando dicen que España puede ser el sanatorio de Europa, también quieren decir que nos haremos cargo gracias a la mano de obra barata de los servicios de bienestar que los países de origen no pueden o no quieren pagar. España es un destino preferido de los suecos, precisamente porque, además del clima, posee el tipo de trabajadores que pueden competir con otros países a la hora de facilitar este tipo de prestaciones: España es un mundo 'low cost' para que los países del norte se ahorren costes públicos gracias a nuestra economía precaria e informal.