viernes, 2 de septiembre de 2016

Ay Paco, Paco que mi Paco.

Siempre me ha resultado curioso, aparte de infantiloide y pueril (aunque no demasiado sorprendente), esa especie de "complejo de superioridad académica" que tienen muchos de los insignes representantes de la derecha política española y de sus voceros mediáticos y que, de manera más o menos expresa o tácita, reflejan en sus manifestaciones públicas. No hay más que oír al ínclito Paco Marhuenda, director del diario La Razón, todos los sábados en la tertulia de “La Sexta Noche” o, por ejemplo, a los insignes radiopredicadores Federico Jiménez Losantos y César Vidal Manzanares.
Una forma de exteriorizar ese “complejo” es descalificar y tratar de desacreditar a los líderes políticos de los partidos adversarios, especialmente los de la izquierda, cuando carecen de titulación universitaria, como si eso los incapacitara para ser buenos dirigentes políticos y gestores públicos.
Pero, claro, cuando algunos de los suyos carecen de “pedigrí académico”, la solución es falsear y manipular su currículum, porque no pueden presentarlo a la opinión pública como un mindundi que, por incapaz para dar más de sí en los estudios, abandonó el Instituto en el bachillerato o la Universidad en primero o segundo de carrera
Un caso realmente patético es el del líder del PP andaluz y candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía en 2015, Juan Manuel Moreno Bonilla. En la imagen puede contemplarse la curiosa evolución de su currículum desde 2000 a 2008, en las fichas que presentó su partido al Congreso de los Diputados en las tres legislaturas:
•En el año 2000 era “Licenciado en Dirección y Administración de Empresas”
•En el año 2004 solo tenía “Estudios en Dirección y Administración de Empresas” (por lo visto había extraviado el título).
•En el año 2008 ya ni estudios universitarios; solo tenía un Máster en Dirección y Administración de Empresas (EADE). Por cierto, ese “Máster” era un cursillo de 40 tardes.

Y conste que, dicho lo cual, en mi opinión, ni tener un título universitario es garantía alguna para ser un buen gestor político,​ ni carecer de un título universitario incapacita a nadie, por definición,​ para ser un buen gestor político.