jueves, 3 de abril de 2014

EL CURIOSO ORIGEN DE LA POLICÍA MUNICIPAL DE BARCELONA .

Nadie debería olvidar la curiosa lección de historia que envuelve a la fundación (oficiosa, pero real) de la Policía Municipal de Barcelona, la primera guardia municipal de España.
No porque sea de Barcelona, ni porque sea municipal.
Lo que resulta aleccionador del caso es la intención con la que este cuerpo policial fue fundado, por quién y con qué objetivos. Algo que invita a la reflexión…

Pongámonos en situación.

Barcelona 1850

Nos encontramos en la Barcelona de mediados del siglo XIX. Una ciudad industrial, repleta de luchas y tensiones sociales entre las clases privilegiadas y las clases populares.
Es en este contexto conflictivo, que el Gobierno Civil de la época decide montar un primer ensayo de brigada policial que controle la ciudad, con el subterfugio de velar por el orden público.
Y para formar ese cuerpo policial, el Gobierno Civil decide…reclutar a un grupo de delincuentes.
Al fin y al cabo ¿hay alguien que conozca mejor la delincuencia que un delincuente?
Como cabecilla del cuerpo, se reclutó a un tal Geroni Tarrés, un reconocido criminal, que a su vez, se encargó de reclutar a 30 amigos suyos, con los cuales había coincidido en diferentes presidios.
Con tales mimbres, se formó el primer cuerpo de Policía Municipal de la ciudad.
Ese cuerpo recibía el nombre de “Ronda de Vigilancia”, aunque la población de Barcelona lo conocía como la “Ronda d’en Tarrés”.


Como es de imaginar, ese grupo de delincuentes con poderes policiales, aprovechó los privilegios de su posición para liderar y controlar todas las actividades delictivas de Barcelona, al más puro estilo mafioso, centrándose especialmente en los negocios más lucrativos, como por ejemplo, la gestión de los prostíbulos, el monopolio del juego y otras actividades ilícitas.
A pesar de lo que pueda parecer, esta organización delictiva estaba directamente subordinada al Gobierno Civil, que evidentemente, hacía la vista gorda tanto como podía ante tales actividades.
¿Y por qué razón?
Bien, pues porque básicamente, esa brigada policial había sido creada con el único objetivo de controlar y eliminar a los muchos revolucionarios que en aquella época poblaban las calles de Barcelona y que se enfrentaban a las clases dirigentes.
Dicho en otras palabras: en su origen, la proto policía municipal de Barcelona era un cuerpo de matones al orden de las castas gobernantes, cuya única función era reprimir al pueblo y erradicar a los revolucionarios.
Curioso y significativo, ¿no?
Uno de los sucesos más destacados relacionado con las actividades de este “cuerpo policial”, es el asesinato del periodista Francesc de Paula Coello.
Coello era colaborador de Abdó Terrades, uno de los grandes revolucionarios de la época y en aquellos momentos, exiliado a la fuerza.

Abdó Terrades
Francesc de Paula Coello era joven, tenía carisma y buena oratoria y por lo tanto era un líder revolucionario en potencia, con un gran e incómodo futuro para las castas gobernantes de la ciudad.
Fue por esta razón que decidieron eliminarlo.
Por órdenes directas de uno de los hombres fuertes del Gobierno Civil, Serra i Monclús, el cuerpo de esbirros de Tarrés recibió el encargo de acabar con la vida de Coello de forma discreta y sin levantar sospechas.
El plan era matarlo la noche de San Juan, en plena festividad, simulando una pelea de borrachos, con el fin de evitar el escándalo y esquivar el peligro de una posible revuelta popular.
Pero los esbirros de Tarrés no actuaron con la discreción necesaria y la población de Barcelona averiguó que el asesinato de Coello había sido obra de la Brigada Policial de Tarrés.
Con el paso de los meses, la indignación popular causada por el asesinato de Francesc de Paula Coello, así como la provocada por los constantes abusos del cuerpo policial fue creciendo, hasta que culminó en 1854, dos años después, cuando estalló una revuelta popular en Barcelona, en la que los agentes de policía que aún permanecían en la ciudad, fueron asesinados en plena calle por la propia población.
Una curiosa lección de historia en todos los aspectos…
Evidentemente se trataba de otra época…hechos como los narrados arriba ya no pueden suceder hoy en día: la policía ya no actúa como un grupo de esbirros al servicio de los más poderosos, ni jamás ningún cuerpo policial actual se vería envuelto en ningún caso de corrupción o delincuencia organizada…
Pero a pesar de la lejanía de los hechos, es bueno conocer los orígenes de las cosas…
Y aunque la Guardia Urbana de Barcelona niega que éste sea su auténtico origen, no obviemos que todo lo expuesto surge de las investigaciones del periodista, licenciado en derecho y reputado divulgador histórico barcelonés Enric Calpena, investigaciones que son recogidas en su recién presentado libro “Memories de sang” (Memorias de sangre), de Ediciones B.
Y es que la historia, a veces, nos puede invitar a pensar…