lunes, 10 de abril de 2023

De aquellos polvos vienen estos lodos.

La partitocracia o sistema de partidos políticos se ha convertido en España en una auténtica autocracia Sanchista (Sistema de gobierno en el cual todo el poder de un Estado se concentra en una sola persona o institución, en nuestro caso en Sánchez y su Gobierno ). Esta autocracia no ha surgido de la noche a la mañana, ni es solo obra de Sánchez desde que alcanzó el Gobierno, sino que es el proceso lógico donde se llega con la partitocracia y la Constitución desde que se implantaron en España en el año 1978. Todos los dirigentes de los partidos políticos desde su inicio sabían y saben muy bien que con el régimen de partidos o partitocracia y la nueva Constitución, no hay, separación de poderes, que la justicia no es independiente y que la ley electoral aprobada en 1977 por Adolfo Suarez, antes incluso que la Constitución y posteriormente la misma con rango de Ley Orgánica en 1985 por Felipe González, es totalmente injusta y antidemocrática, que favorece especialmente a los dos partidos mayoritarios y los nacionalistas en sus correspondientes autonomías.

 

Con un control total de todas las instituciones del Estado por los partidos políticos, a nadie puede extrañar que el régimen  de partidos políticos desemboque en una auténtica autocracia de uno de sus dirigentes políticos cuando alcanza el poder como está ocurriendo con Sánchez. Todos los presidentes de gobierno que hemos tenido en España desde la transición política, sabían muy bien que el nuevo régimen político no tenía nada de demócrata. Pasamos de una dictadura personal a otra de partidos políticos más sofisticada, y en muchos casos peor (más corrupta, más costosa, peor gestionada, más dependiente del exterior y con más peligro de división y destrucción de España, por las competencias desmesuradas otorgadas a las autonomías). Al principio todo parecía que funcionaba bien porque los Suarez, Fraga, Felipe González, Carrillo, Jordi, Pujol, Arzallus y otros muchos incluido el rey Juan Carlos, que no muy de acuerdo como quedaba el reparto de funciones del Estado, entre otras cosas forzara la dimisión de Adolfo Suarez, al que él mismo había elegido. Todos los protagonistas de la transición política llevada a cabo de forma tan pacífica, como no podía ser de otra manera ya que se cambiaba una dictadura por otra, se inventaron lo que llamaron y llaman consenso para vivir  todos del Estado y repartirse el poder entre ellos, ignorando totalmente al pueblo, pero esto ocurrió al principio cuando había mucho que repartir y cierto reparo entre ellos, ahora ya está todo prácticamente repartido y se ha roto ese acuerdo.

 

Cuando Sánchez que es un hombre ambicioso, sin escrúpulos, poco o nada demócrata, pero quizás más coherente con sus malas ideas que los anteriores presidentes de Gobierno, llega a formar Gobierno no se conforma con el consenso si no que quiere acaparar todo el poder del Estado para él, porque sabe muy bien que tiene todas las herramientas posibles para hacerlo, sin ningún problema. Sabe que desde el Gobierno puede controlar la Abogacía y Fiscalía del Estado, el Poder Judicial, el Ejército, el CNI, el Parlamento, la Jefatura del Estado (al Rey), resto de Instituciones del Estado y algunas empresas estratégicas, porque entre otras cosas se lo permite la Constitución. Y en esas estamos en un país donde el partido político que es capaz de formar gobierno, si el líder o líderes de ese partido quiere/en, y las reglas del juego político (Constitución) no se lo impiden como ocurre en España, puede hacerse con todo el poder de la Nación y el Estado sin que nada ni nadie se lo impida. Todo por obra y gracia del gran poder que se otorgaron los partidos así mismos en la famosa transición política de una dictadura a otra, engañando una vez más al pueblo español, llevándolo a las urnas para votar, sí o sí ,una Constitución trucada, hecha por partidos políticos, para el Rey y los partidos políticos, sin tener en cuenta para nada a la Nación ni al Pueblo. "De aquellos polvos vienen estos lodos"