miércoles, 28 de diciembre de 2022

¡Encendido logrado!

 

En estos días habremos leído en la prensa que por primera vez la fusión nuclear ha funcionado produciendo más energía que la empleada para conseguir su ignición. Ciento noventa y dos láseres apuntando a un mismo objetivo: un perdigón formado por una mezcla de isótopos de hidrógeno (deuterio y tritio) han consumido 2,1 megajulios y han generado 3,15 megajulios. NOTA: 1 megajulio= 1.000.000 julios.

Por primera vez en la historia de la fusión nuclear, se ha logrado la ignición: donde la energía liberada de las reacciones de fusión excede la energía ingresada para desencadenarlas.

La técnica que ha permitido que la potencia de los láseres aumente a valores del teravatio (1.000.000.000.000) ha sido “La ampliación de pulso chirped”, premio Nobel de física 2018 otorgado a una mujer (la tercera mujer en la historia), Donna Strickland y a Gerad Mourou. Esta técnica fue desarrollada en 1985 y es la responsable de que actualmente los médicos puedan sustituir  el bisturí tradicional por un rayo láser para cortar y cauterizar los tejidos en una operación. Lo que consiguió Donna Y Gerad fue amplificar los pulsos láseres tradicionales hasta valores superiores al teravatio.

Esta técnica se utiliza en una gran variedad de aplicaciones, incluidas las miles de cirugías oculares correctivas realizadas cada año.

En comparación con las demás alternativas para producir energía, la fusión nuclear es claramente la solución óptima para generar energía limpia en la Tierra. Pero aunque lo celebremos, todavía es necesario avanzar tecnológicamente para su uso comercial. Hemos dado dos pasos de los cinco que son necesarios:

1. Deben lograrse reacciones de fusión nuclear (conseguido).

2. Debe surgir más energía de esas reacciones de la que se ingresó para desencadenar esas reacciones (conseguido).

3. Esta energía debe extraerse y transformarse en una forma de energía que pueda mover una turbina y generar electricidad (pendiente).

4.    La energía debe producirse de manera constante o repetible, de modo que pueda proporcionar energía según la demanda, de la misma manera que la demandaríamos para cualquier otro tipo de planta de energía (pendiente).

5. Los materiales y equipos consumidos y usados/dañados durante la reacción deben ser reemplazados y/o reparados en plazos que no impidan la recurrencia de esa reacción (pendiente).

Para lograr los dos primeros pasos hemos tardado 60 años, esperemos que los siguientes tres pasos se consigan antes de finalizar el siglo XXI. De momento.