martes, 11 de febrero de 2020

Las críticas de Rufián.


Decía ayer Gabriel Rufián que el Rey es un heredero del franquismo. Claro como también lo son los partidos políticos incluidos los catalanes y vascos. Todos negociaron, consensuaron (repartieron) los poderes y privilegios de la representación del Estado. Para el Rey la jefatura del Estado con inmunidad incluida, pero sin poder político. Para los partidos políticos el poder político del Estado, para unos de ámbito nacional y para otros el de las autonomías, que nos metieron sin ningún tipo de debate ni información de ninguna clase en la Constitución, como el tema de las nacionalidades en su artículo 2 junto con la indisoluble unidad Nacional en el mismo artículo, una incongruencia que solo sirve para crear confusión y disputas entre nacionalistas y no nacionalistas, simplemente para complacer a los nacionalismos y de paso aumentar su poder y privilegios en el Estado, con sus respectivos aforamientos para todos ellos. Por tanto, todos son herederos del franquismo del que tanto critican algunos, será porque se ven reflejados en el mismo. Franco tenía la Jefatura del Estado y el poder político, ahora la jefatura del Estado la tiene el Rey y el poder político se lo repartieron los partidos políticos. Antes un solo dictador, ahora varios. Por tanto, seguimos sin tener democracia. El Rey, no este que tenemos ahora si no su padre, negocio su status quo y el de su familia en la Constitución, y los políticos el suyo y el de los partidos políticos que representan, por supuesto sin tener en cuenta para nada al pueblo. Para eso sirven los diálogos, las negociaciones, los consensos, entre los jerarcas de los partidos políticos, que nos venden como algo bueno, cuando en realidad es un reparto del poder y funciones del Estado. Estado que controlan los partidos políticos con sus jerarcas al frente que hacen de dictadores, independientemente del pueblo que no cuenta para nada. Y este es el caso en el que estamos ahora con la formación del nuevo Gobierno y el apoyo de los nacionalistas separatistas que quieren romper España cosa inédita en un país democrático.

El problema que tienen los jerarcas de los partidos y sus correspondientes partidos políticos es que ahora no tenemos dinero como teníamos en los años de la transición y en los años 80/90. Entonces teníamos más industria, ahorro y menos paro, la mayor parte de las empresas del IBEX eran del Estado, ayudas de la UE, entonces CEE. La deuda exterior que teníamos era insignificante con la que ahora tenemos 1.200.000 millones de euros más del 100% del PIB. El pueblo esta confundido, desengañado, de ahí la proliferación de nuevos partidos que harán cada vez más difícil la gobernabilidad de España, a menos que el pueblo tenga conciencia política y se dé cuenta que la política no es solo de la clase política sino también de la sociedad civil, las autonomías cada vez con más gastos y corrupción por otro lado la proliferación de los nacionalismos separatistas, creando antagonismos y diferencias entre los españoles que antes no teníamos y que todavía no sabemos hasta donde llegara. Todo esto nos lleva a una incertidumbre política, económica y estructural de España que pagaremos como siempre la mayor parte de los ciudadanos, aunque siempre habrá enchufados, asesores, chiringuitos de todo tipo y empresas fantasma para justificar subvenciones. Esto ocurre por una mala gobernabilidad y sin duda, por la falta de democracia. Democracia que por unas causas u otras nunca hemos tenido y así nos va.