lunes, 9 de abril de 2018

¿COMPONENDA JUDICIAL HISPANO-HELVÉTICA?

Hace unos días, la policía española detuvo a Hervé Falciani, para su posible extradición a Suiza, a pesar de que lleva (o llevaba) más de 5 años viviendo en nuestro país, protegido por la justicia española.

Suiza lo reclamó a España hace 6 años cuando huyó de aquel país estando procesado por su célebre filtración de datos de cuentas bancarias del HSBC, por la que fueron identificados unos 130.000 evasores fiscales de todo el mundo, pero la Audiencia Nacional denegó, en 2013, la entrega de Falciani,  por un motivo muy sencillo y muy “de actualidad”: en España no se considera delito lo que este ejecutivo de la banca había hecho en Suiza, pero allí es algo gravísimo, porque poner en riesgo la confidencialidad de los datos de los miles y miles de chorizos, corruptos, mafiosos, defraudadores y millonarios sinvergüenzas varios que tienen ocultos sus botines de procedencia inconfesable en cuantas bancarias opacas en Suiza, es, para ese país, algo absolutamente imperdonable, toda vez, ya que en esa indecente opacidad de las cuentas bancarias se basa buena parte de la opulencia económica de aquel país.
Y ahora, incluso tres años después de que la sentencia del juicio contra Falciani en Suiza fuera firme en 2015, y sin que haya ocurrido absolutamente nada nuevo que modifique las circunstancias que existían entonces, precisamente ahora, se cursa una nueva orden de detención a España y la policía española detiene a Falciani.
Digo “sin que haya ocurrido absolutamente nada nuevo que modifique las circunstancias que existían entonces” con triste ironía, porque mucho me temo que sí ha existido algo nuevo. Lo que ha existido es que hay dos personas, Anna Gabriel y Marta Rovira, líderes del independentismo catalán, huidas de la justicia española, que están “refugiadas” en Suiza, precisamente en Suiza, donde se creen (o se creían) a salvo, porque los delitos por los que se las acusa en España, no están contemplados en el ordenamiento jurídico del país helvético.
¿Acaso la detención de Falciani forma parte de una componenda judicial de alto nivel entre España y Suiza, de una especie de bochornoso “QUID PRO QUO?: Tú me entregas al (para mí) imperdonable filtrador de datos bancarios y yo te entrego a los (para ti) imperdonables independentistas… y todos contentos.