miércoles, 12 de mayo de 2010

El verdadero aviso griego.

Estamos hartos de oír hablar de las dificultades de la economía griega, de los excesos y camuflajes contables de los gobiernos anteriores a la llegada de Papandreu. Se dice que los griegos han estado viviendo de los fondos de cohesión de la Unión Europea.. Ahora la alternativa que se presenta es que los que no tienen responsabilidad directa en estos desmanes se aprieten el cinturón hasta marcárselo en las carnes. Jubilados, pensionistas, funcionarios, arados y trabajadores griegos van a ver reducidas sus condiciones de vida por un plazo indefinido y sin garantía alguna de recuperar su poder adquisitivo de antes de la crisis.

Pero, ¿qué ha ocurrido con los responsables de este macabro siniestro? No se tiene noticias de responsabilidades penales.

A nadie puede extrañar que se lancen a la calle y a la convocatoria de huelga los sectores más desfavorecidos y más perjudicados de la sociedad griega porque nadie les ha garantizado que el sacrificio exigido será proporcional; el liberalismo siempre tiene garantizada la protección del capital mediante el permanente chantaje de que si se le suben los impuestos o se le exigen sacrificios se mudan a otro país.

La alternativa que inevitablemente se ofrece a los trabajadores es la resignación de más vale algo, aunque sea poca cosa, que nada.

En España hay que tomar nota para preparar el parche antes de la herida. Hasta ahora sólo se habla de la necesaria reforma del mercado laboral; ni una palabra sobre los beneficios de las empresas, sobre la insolidaridad en el escandaloso sistema de retribuciones de ejecutivos, sobre la responsabilidad social de la banca en esta catástrofe inmobiliaria, ni noticias de medidas para defender a los más humildes de los buitres que vigilan el incumplimiento de las hipotecas. No hay ninguna solidaridad exigible con los beneficios de todos estos años.

La izquierda sigue anestesiada, envuelta en la metodología económica conservadora y sin ninguna capacidad de preparar un futuro diferente. Lo que se pide en Grecia y se pedirá en España es que se sacrifiquen los de siempre para salvar un modo de vida que seguirá perjudicando a los débiles y primando a los poderosos.

Si el PSOE en el gobierno no vigila la proporcionalidad entre todas las capas sociales del sacrificio exigido, las revueltas griegas se reproducirán en España.