domingo, 7 de agosto de 2016

Aunque el tema tiene mucha enjundia, creo que es para darle una buena pensada.


Hoy he  sido testigo de  este hecho, que alguien puede encuadrar en la  guerra generacional, dentro del autobús, en  las primeras  plazas  hay asientos  destinados preferentemente a las personas con dificultades y mayores. Resulta que una chica joven   se ha sentado en uno de ellos  porque estaba libre, y un señor mayor que estaba en frente  le ha echado una bronca, con lo que  la chiquilla asustada, y sin decir palabra, se ha levantado. Y ha dejado libre el asiento, no habiendo nadie para ocuparlo.
Enfocado por lo actitud personal, entiendo que hay que respetar a todo el mundo, y no habría necesidad de echar la bronca a nadie, teniendo el lenguaje otras alternativas, pues incluso si hubiera  una persona mayor esperando, siempre está la diplomacia y se le puede indicar amablemente si no le importaría que se sentase esta persona, puesto que hay un signo de reserva.
Como alguien  en parecida situación en el metro, le dijo a una joven de 20 años en tono de superioridad  "ya te podrías levantar para que se siente  esta persona" señalando a un anciano y la chica le echo una bronca  altisonante del tipo " que ella se había levantado a las 6 de la mañana, y que no se iba a levantar por alguien que no tenía nada que hacer". Animándolo  otro intelectual embutido en  unos cascos de unos 30 años que  la apoyaba diciendo quitándose uno de los cascos   "de que la persona que le recriminó no tenía ninguna legitimidad moral para hacerlo".
En los dos casos interpreto lo mismo, una falta de respeto, tanto de los mayores en una como de la joven en otra.

En todo caso cada cual tendrá sus decisiones personales, y su forma de verlo, quizás sería bueno al menos no actuar  como Torroba el de la copla,  "igualdad grita  por la calle el jorobado Torroba, y no se sabe si quiere verse sin joroba o nos quiere jorobar".