lunes, 15 de septiembre de 2014

A tal Señor, tal honor.

El pasado fin de semana ingresó en el Hospital General  Universitario Gregorio Marañón de Madrid (hospital  público) un paciente “importante” bajo el epígrafe  Paciente Protegido-Protegido.
 Este paciente, que supuestamente iba a someterse a una operación quirúrgica rutinaria, fue curiosamente alojado en una zona cerrada y sin dotación (URPA), para lo que hay que pagar a un intensivista 24 horas extras de guardia y mover a personal de enfermería.
 Curiosamente también, no fue operado en el quirófano de cirugía general y digestivo sino en el número dieciséis, destinado a cirugía plástica: la intervención, que oficialmente se realizaba a causa de una hernia abdominal, se trataba en realidad de una abdominoplastia (reducción de grasa en el abdomen), que no figura en la cartera de servicios sanitarios públicos y de la que ningún ciudadano “de bien”, que paga sus impuestos puntualmente, se puede beneficiar sin pagar por ella.
El Paciente Protegido-Protegido no era otro que el ministro de Asuntos Exteriores y de  Cooperación, José Manuel García-Margallo, de cuya operación se hacen ahora eco diversos medios de comunicación, pero sin mencionar en ningún caso en qué ha consistido y limitándose en todo momento a repetir que ha sido una “operación quirúrgica menor”.
 Margallo se ha beneficiado de nuestros impuestos para un fin puramente estético que no es gratuito, un caso verdaderamente escandaloso si tenemos en cuenta la cantidad de personas que llevan meses y meses en listas de espera para poder ser operadas por cuestiones vitales.
La Nueve de Anonymous, entendiendo como nosotros que el  derecho a la intimidad deja de ser legítimo cuando es utilizado para engañar y estafar a la gente, informó de los hechos a través de su cuenta de Twitter.
 Esta mañana, la información ha continuado corriendo como la pólvora hasta convertirse en tendencia de Twitter en Madrid.

 Que hablen las instituciones y traten de desmentir (si se atreven) “los bulos que corren por Internet”. Cuando volváis a ver al ministro, recordad que las dietas milagrosas no existen. Y cualquier duda que tengáis, hacédsela llegar a la Dra. Rosa Pérez Cano, Jefa del Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora del Hospital Gregorio Marañón y si no, directamente al Director Médico, Dr. Eduardo Junco.