jueves, 5 de julio de 2018

Una regalía penitenciaria..


Con su decisión de consumar el acercamiento de los políticos catalanes presos, el Gobierno cedió ayer a una de las principales exigencias del independentismo, que lleva meses reclamando el traslado de los cabecillas del procés a cárceles de Cataluña. Sánchez abona así una de las hipotecas con las que llegó a La Moncloa. Y lo hace en vísperas de su reunión con Quim Torra, al que no ha dejado de enviar guiños desde que fue elegido presidente. Sánchez continúa empeñado en cerrar los ojos: ni se inmutó ante la reapertura de embajadas, ni protestó ante el nombramiento de la huida Serret como delegada del Govern en Bruselas, ni tampoco respaldó al embajador en EEUU tras la espantada del president en un acto institucional en el que se permitió la patética jactancia de humillar a la democracia española. El corolario -por ahora- a esta estéril política de distensión es acceder al acercamiento de seis presos por el proceso independentista, incluidos Junqueras y Forcadell.
Es un error mayúsculo trasladar a prisiones catalanas a los responsables de la intentona golpista. Primero, porque supone un gesto de debilidad evidente por parte del nuevo Gobierno. Segundo, porque la política penitenciaria es algo demasiado serio como para dejarla al albur de la ambición y los enjuagues partidistas de Sánchez. Y tercero porque, aunque el juez no tiene que tomar ya ninguna decisión sobre diligencias procedimentales, la realidad es que los líderes del proceso soberanista que ahora recalarán en cárceles de Cataluña pasarán a estar bajo custodia de la Generalitat, que dispone de las competencias en esta materia.
Tengo claro que ni los gobiernos del PP ni del PSOE serán capaces de resolver el problema catalán. Ninguno de los partidos mencionados tiene las ideas claras en este sentido. Les falta capacidad, valentía, visión de Estado y sobre todo fuerza democrática para actuar sin complejos.
El PSOE con Podemos lejos de solucionar el problema lo incrementara mucho más, dando alas a los separatistas, como hizo Zapatero. Separatistas que lejos de ceder van ganado terreno al Estado y al final si el pueblo español no lo remedia, cosa difícil, conseguirán más o menos lo que quieren. La independencia o algo parecido.