lunes, 9 de julio de 2018

Me huele a cuerno quemado.

Visto los últimos acontecimientos políticos en nuestro País, y lo que unos y otros, más o menos, están exponiendo con sus declaraciones y actitudes, tanto el actual PSOE como los secesionistas catalanes. Tengo que decir que no veo que se deslumbre nada que pueda hacer pensar que estamos en el buen camino para solucionar el conflicto catalán, abierto en parte por las malas actuaciones de los sucesivos gobiernos del Estado (PP, PSOE) y especialmente por los nacionalistas/separatistas catalanes.
El gobierno de Sánchez lejos de poner barrera o coto a los secesionistas, en sus aspiraciones separatistas, seguirá cediendo competencias y aportando más dinero del Estando a esta autonomía, en detrimento, sin duda, de otras más necesitadas del resto de España, pero más silenciadas. El PSOE de Pedro Sánchez sin darse cuenta, o dándosela, sigue alimentando las aspiraciones de los nacionalismos/separatistas aumentando las desigualdades entre unas y otras regiones, en definitiva, con los ciudadanos del resto de España de donde precisamente recibe la mayor parte de sus votos.
Los nacionalistas/separatistas siguen totalmente en su línea, esperando acontecimientos de la justicia, único poder del Estado que hasta ahora les ha hecho algo de daño, pues los sucesivos gobiernos nacionales lo único que han hecho y siguen haciendo, es ofrecerles cada vez más, a cambio de una lealtad al Estado, que no han tenido nunca ni tendrán.
Por otra parte, el pueblo catalán que apoya a los secesionistas seguirá apoyándoles porque nada cambia y los españolistas desorientados, decepcionados y desprotegidos no sabrán a quién votar. Pero la mayor parte de unos y otros, secesionistas y españolistas catalanes, se irán viendo como el resto de los españoles en toda España, cada vez más perjudicados en este proceso de desintegración del Estado. Pues el dinero y las prebendas que cede el Estado a los nacionalistas/secesionistas solo beneficiara a sus gobiernos, afiliados de sus respectivos partidos, a sus allegados y algunos de sus simpatizantes, pero muy poco o nada a la mayor parte de los ciudadanos de Cataluña.