jueves, 6 de noviembre de 2008

Presidente negro en la Casa blanca.

Un senador negro llamado Barack *Hussein* Obama ha sido elegido, por una
amplia mayoría, como el próximo presidente de los Estados Unidos.

Un soplo de aire fresco parece que va a aliviar el ambiente espeso y agobiante que el actual presidente norteamericano, a la cabeza de la corriente neocon más salvaje, ha creado en su país y, por extensión, en parte del resto del mundo.

Pero que nadie se rasgue las vestiduras y tampoco nadie se quede ronco dando gritos de entusiasmo. Aquí es aquí y allí es allí. El todavía senador Obama es un político profesional norteamericano y, como tal, un político conservador. Que apunta maneras, pero conservador. Entre otras cosas, se declara defensor de mantener la pena de muerte y es partidario de incrementar los gastos militares de su país, con lo que ello representa.

Pero bueno, cuando se pasa hambre, uno no aspira a una ración de jamón ibérico; con un bocata de mortadela se da por satisfecho.

Se han abierto claros, como digo, entre los negros nubarrones que cubren el cielo, al menos, momento. No se ha quedado el cielo despejado, desde luego, pero confiemos en que ese soplo de aire se convierta en un viento fuerte de poniente que se lleve los nubarrones y podamos ver el cielo azul con optimismo e ilusión.