jueves, 27 de febrero de 2020

posible transferencia de la Seg. Soc. al País Vasco" Otro sí digo":


 NO HAY partidos "nacionalistas", sino partidos "chiringuitistas" que, con la coartada de "los hechos diferenciales" (siempre inventados, porque al final nadie es diferente o todos lo somos, según se quiera ver, pero lo que es SIEMPRE tramposo es querer obtener beneficios "diferenciales" aprovechando supuestos hechos diferenciales que son, y lo repito, puramente inventados) lo que realmente persiguen es crear "chiringuitos" o núcleos de poder regionales con tendencia al engorde creciente propio, en menoscabo de otras autonomías o chiringuitos menos "competitivos" (en votos, en capacidad de presión y en habilidad para encontrar, vender y "clavarnos" a los demás sus "hechos diferenciales" propios) y al blindaje no menos creciente de sus privilegios.

En particular una serie de nuevas actuaciones tramposas que nos van clavando los chiringuitistas, basadas en el chantaje (por la necesidad de votos de los partidos "estatales") junto con la coartada de los votos "nacionalistas" es ésa de "GESTIONAR" no sé qué cosas, que no es más que una manera de engordar el chiringuito propio por la vía tan cómoda de convertir su chiringuito en una macrogestoría que pasa a hacer lo que tendría que hacer el propio Estado (incluyendo en ese concepto a esos mismos políticos nacionalistas como parte del Estado) pero sin lucro adicional, sino "a coste" como se supone lo hace el Estado central.

Es decir, lo que ya es una perversión mayúscula (otra más del sistema) es que el Sr. Urkullu, por ejemplo, ejerza de "Asesor/ Gestor mayor de la autonomía vasca" a imagen y semejanza de lo que hace un asesor laboral/fiscal/contable de empresas para "la empresa" Estado Español, S.A., realizando, al igual que éste, las gestiones y disponiendo de los dineros necesarios pero añadiendo un plus por "honorarios" (¡y qué honorarios!) y por los pluses que se les ponga en la higa añadir (todos los que el chantaje dé de sí) por hacer un trabajo que YA IBA en su sueldo como lehendakari. Pero además con la gran ventaja añadida de que el dinero lo pone el Estado y su responsabilidad se limita a "su gestión". Vamos, un negocio redondo seudoprivado o para unos cuantos (el chiringuito mismo, básicamente, más algunas migajas para el tan traído y llevado "pueblo vasco" que asegure que los votos de éste sigan engrasando la máquina del chiringuito) dentro de y pagado por el Estado central (que, como es sabido, paga con dinero que "no es de nadie" aunque lo pongamos otros muchos).
¡Qué envidia que yo, como ciudadano, no tenga la posibilidad de montar una gestoría para "gestionar" esas cosas!

Lo peor es que ese mecanismo chantajista genera además una espiral perversa en la que cada vez más el chiringuito regional acumula más poder, más dinero y más privilegios, con lo cual sus ciudadanos, que observan y reciben, aunque sea en una pequeña parte, los beneficios de ese dinero y privilegios extra, cierran aún más filas con los chiringuitistas, lo que permite a estos seguir aumentando aún más su capacidad de chantaje y el desfase derivado en el reparto de dinero y privilegios contra los que, encima, los pagan mayoritariamente, que son los ciudadanos del resto del Estado.

Pero claro, si ese resto del Estado no se entera o no reacciona......¿se van a preocupar de hacerlo los propios partidos políticos supuestamente "nacionales", que a su vez tienen montado su propio chiringuito (ese partido y esa maquinaria de la que dependen los votos que obtienen y que significan ingresos y cargos y prebendas para el chiringuito-partido) como muy atinadamente apunta Pedro repetidamente?

Por otra parte, no me parece realista, Pedro, y ya lo he dicho alguna vez antes, pensar en elegir "caudillos" por sufragio universal, como pareces proponer. Me parece inviable por logística, por la dispersión enorme de "caudillos" que surgirían (¿47 millones de españoles, un millón de caudillos, por ejemplo?), por los muchos oportunistas que jugarían a "caudillos" y nos seguirían engañando, por la imposibilidad de poner de acuerdo a tantos "elegidos" y evitar las guerras entre bastidores entre caudillos vencedores y caudillos vencidos (guerras en las que de nuevo las víctimas colaterales seríamos los ciudadanos de la grada),.... entre otros peligros.

Por eso, creo que el sistema AUTÉNTICAMENTE democrático de partidos sigue siendo el menos malo, pero encontrando e implantando sistemas de control que limiten los vicios del actual sistema. Para empezar, cambiando "como sea" (saliendo a la calle y poniendo barricadas en la calle los ciudadanos para exigirlo, si es preciso) la actual ley electoral y ampliando un organismo arbitral y de control paralelo (podría ser un anexo a un poder judicial verdaderamente independiente) que no dependa de los partidos sino que se elija, ése sí, más directamente por los ciudadanos y que sea verdadera y plenamente INDEPENDIENTE de los partidos y del Ejecutivo. Un fiscal general del Estado, si se quiere, pero verdaderamente independiente del y blindado contra el poder ejecutivo.

Y luego habría que asegurar también una verdadera y efectiva independencia de poderes del Estado, con poder supremo del Poder Judicial para sancionar contra irregularidades de los partidos como tales y de sus políticos y afiliados; y con control del sistema penitenciario, evitando el absurdo de que el gobierno pueda reírse descaradamente y a posteriori de las decisiones judiciales que su control indirecto del judicial le impidió controlar a priori.

Y, por último, paralelamente con eso, intentando y confiando en que aparezcan partidos que, a diferencia de "corruptos intrínsecos" como los gestores y controladores de Podemos, no se conviertan en "casta" al día siguiente de tocar el poder al que se auparon precisamente despotricando contra esa "casta". Personalmente preferiría la regeneración DE VERDAD y un compromiso REAL con la ciudadanía (por encima del compromiso con el ombligo de su propio partido) de los dos partidos mayoritarios. Un compromiso que los moviera a implantar esos mecanismos correctores mencionados.

Pero sinceramente, volviendo la vista atrás a estos cuarenta (o veinte al menos) años últimos, me cuesta mucho creer que eso vaya a ocurrir "natural o espontáneamente", lo que me hace volver los ojos hacia partidos emergentes "prometedores" (en su día, iluso de mí, los volví hacia los orígenes del actual Podemos) como el actual Vox, comprensiblemente denostado y atacado por "la casta" (dado que sus planteamientos van, precisamente, en la dirección de las soluciones que he apuntado de recortar poder chiringuitista). La cuestión es ¿se mantendrá VOX en su "pureza ideológica" o se convertirá finalmente a la cultura de la casta y el chiringuito?.