domingo, 15 de marzo de 2020

La ventana de Overton


 El feminismo en general y en concreto en España ha sido deslegitimado por el feminismo radical y convertido en un movimiento de odio. Creado, promovido y financiado millonariamente desde el estado, y abarcando absolutamente todos los ámbitos, medios e instituciones.

Se ha creado un monstruo que crece cada día, y es en las leyes de género el ejemplo más aterrador de la ventana de Overton, devorando los principios más elementales de la razón y la lógica humana.

Las mujeres sensatas, justas y buenas personas de verdad, que son la muy inmensa mayoría, se declaran abiertamente antifeministas y muestran su indignación contra el feminismo actual de vividoras egoístas que defienden su cruel negocio por encima de los derechos fundamentales de todas las personas. Que con su odio al varón, hipocresía e inmensa cantidad de recursos, ejercen el terror y una terrible dictadura que dinamita los cimientos del Estado de Derecho que es convertido en la peor Inquisición. Generando un ataque contra el sexo masculino y la heterosexualidad sin precedentes en la historia de la humanidad. Una enorme psicosis contra el varón comparable al odio y persecución que sufrieron negros y judíos. Llegando a crear leyes gravísimas y numerosas discriminaciónes, incluidos tribunales de excepción exclusivamente para "juzgar" hombres heterosexuales repartidos por toda España.

La psicosis contra el sexo masculino se palpa cada hora en los medios de comunicación adoctrinados y controlados por la ideología sobre cómo deben informar creando un estado de psicosis, ya recogido en el pacto de estado contra el hombre y así perpetuar y extender su odio y negocio evitando cualquier atisbo de disidencia. La Constitución en sus derechos humanos fundamentales ha quedado reducida a un verdadero insulto contra todas las personas, los hombres y sus familias, que son humilladas, maltratadas, machacadas por esta ideología y sus injustas leyes de género.

Hay una gran diferencia entre concienciación y criminalización.

Tras las gravísimas discriminaciones al hombre en las leyes de género, las pretendidas campañas de concienciación son solo campañas de odio psicosis y criminalización y un insulto más añadido a quienes han sido desposeídos de derechos fundamentales y de toda dignidad humana.

Jamás en un país donde se respeten los derechos fundamentales se podrá instrumentalizar delitos individuales para crear odio, discriminación, señalamiento y violación gravísima de derechos fundamentales contra ningún sexo, género, raza o colectivo sin que ello sea un crimen sexista o racista contra millones de inocentes, tal como criminalmente se hace en las leyes de género contra los hombres.

Los delitos son acciones individuales que solo representan a quienes los cometen y nadie debe sufrir jamás la más mínima discriminación por lo que hagan otros.

Compartir genitales o color de piel con quien comete un delito no convierte en culpable.

A nadie en su sano juicio se le ocurriría contar los delitos que cometen negros, blancos, homosexuales, o extranjeros y crear una ley contra ellos por mayor o menor número de delitos en una supuesta ley contra la "violencia migrante", incitar odio públicamente desde el estado con términos de "violencia migrante", "terrorismo migrante", "lacra migrante", como a todas horas se hace contra el hombre habiendo convertido este crimen de odio y señalamiento en normalidad.

A nadie en su sano juicio se le ocurriría llevar un cómputo anual en los medios diciendo el número de delitos cometidos hasta la fecha, y el total desde que se crearon las leyes contra ellos, y que nada se dijera de la violencia cuando la sufren ellos, tal como se hace exclusivamente contra los hombres heterosexuales.

Las leyes de género son el ejemplo más terrorífico de la ventana de Overton donde se puede legalizar la incitación al odio, destrozar el principio fundamental donde se sustenta un Estado de Derecho, que es la igualdad ante la ley, y tras la manipulación de la sociedad, llamar a este crimen sexista "leyes de igualdad, libertad y no discriminación". Crimen de odio al que se han sumado políticos, ministerios, sindicatos, Amnistía Internacional, Cruz Roja, ONGs.., todos y cada uno de los medios, organizaciones e instituciones.

Haciendo saltar por los aires los derechos humanos fundamentales de nuestra Constitución para el varón, que es detenido, encarcelado, expulsado de su casa, humillado, maltratado separado de sus hijos, sus bienes con la simple palabra de la mujer. En España actual no existe el machismo y "patriarcado" inventado que infecta España de extremo a extremo. No existe ni es causa de ningún mal. Existe un terrible hembrismo hiper subvencionado, hiper empoderado que controla absolutamente todos los medios y todas las instituciones y ejerce el terror con la Ley de Violencia de Género, el pacto de Estado, Decreto 3 de agosto, la "perspectiva de género", el inminente "solo si es sí" y las cientos de aberraciones terribles fruto de legalizar la incitación al odio y la continua instrumentalización de delitos individuales para cometer gravísimos crímenes sexistas.

La ley deja indefenso y expuesto al varón ante cualquier mujer sin escrúpulos que quiera destrozarle la vida por cualquier motivo, ya sin necesaria denuncia, relación sentimental, ni prueba alguna más que su palabra, pues para el varón se ha hecho desaparecer literalmente el estado de derecho.

La bondad o la maldad, la verdad o la mentira no tiene absolutamente nada que ver con el sexo, el género, la raza o el color de la piel de las personas.
Existen exactamente el mismo número de mujeres malvadas y sin escrúpulos que hombres.

Las múltiples discriminaciones de las leyes de género han dejado a todas las personas de sexo varón en una especie de libertad condicional que cualquier mujer sin escrúpulos puede convertir en prisión a su antojo. Obteniendo las múltiples ventajas que incitan la denuncia falsa y que dejan sin recursos a las personas verdaderamente maltratadas. Personas que de cualquier sexo, género, o raza, deberían tener derecho a ser protegidos en igualdad sin la más mínima discriminación o exclusión.

El feminismo, por sus leyes de género habrá de pasar a la historia como una de las mayores vergüenzas para la humanidad y ser el ejemplo más atroz de la ventana de Overton, y de cómo el peor de los genocidios es posible en cualquier país del mundo con el aplauso de todos.