jueves, 27 de diciembre de 2018

¿Y si el problemón del cambio climático, fuese un asunto de unidades de medida?


Según esta noticia, en vez  de reducir las emisiones, las estamos aumentando me surge la duda  de:
 ¿Y si todo este problemón del cambio climático, fuese un asunto  de unidades de medida?
Como los científicos (que saben), los ecologistas (que nos avisan) y los políticos  (que intentan guiar), no lo explican bien, resulta que   casi nadie entiende  ¿qué es eso de una  tonelada de CO2 para medir las emisiones?  Y aunque sea un gas, que se confina  con presión y temperatura, y al final tenga una masa, el personal no acaba  de comprenderlo.  Tampoco se tiene muy claro lo de " la media de 2 grados  en el clima  mundial", donde hay mucha zonas de mar  que  mantiene la temperatura estable, por lo que   en la zonas de tierra necesariamente hay  variaciones mayores, algunas  estimadas  de hasta 8 º o más en función de las latitudes y la orografía. 
Todo esto origina en la práctica que al no ser las unidades  muy fáciles  de usar por  el personal, hace que  se  entre en un círculo vicioso de  que lo que no se sabe, no se  mide, tampoco se mejora y lo que no se mejora se degrada.
Tal vez podría ser mejor  utilizar  otro tipo de unidades, más fáciles, por ejemplo botellines de cerveza para medir el CO2  y   grados de la Escala de Richter para medir las consecuencias, pues ahora los modelos están enfocados a la relación temperatura- emisiones, sin tener en cuenta las realimentaciones existentes, como los incendios producidos, los gases que se encuentran bajo el permafrost, etc, etc..
Nada mejor que ponerse a calcular , de esta forma  1 kg de CO2   da para 200 litros   de cerveza, esto significa que hay 5 gramos  en 1 litro   ,o sea , hay   1,6 gramos  de CO2   en un botellín de cerveza  o lata de 33 centilitros 
Por otra parte si un coche de gama media   un Ibiza 1.4 TDI y 105 CV  consume una media de 100 gramos de CO2 por Kilómetro ,ocurre que  si alguien coge el coche para tomar un café y hace   1 km  tendría que beberse 62 botellines  para equilibrar emisiones ,y si hace 100 kilómetros, emitiría   10 kg de CO2  ,    que dividido entre 1,6 gramos del botellín ,tendría que beberse,  6.250 botellines de cervezas  . Y si se toma una por día, estaría 17 años bebiendo ,con lo que parece claro  que es mejor incrementar la dosis diaria de bebida  ,para no esperar  17 años a viajar de nuevo, si se quisiera ir más o menos equilibrado.
 Otro ejemplo más deportivo, este último  fin de semana  llegaron 40.000 hermanos del otro lado del charco en avión desde Buenos Aires  que está a 10.000 km a ver la Copa de Libertadores de futbol  que bien pudiera haberse jugado allí, habiendo campos buenos como los hay.
El equivalente en emisiones de CO2  de un viaje de avión de ida y vuelta es "1 viaje en coche de ida al mismo destino por pasajero" yendo el avión lleno ,si no lo estuviera se incrementaría  el consumo ,pues las mayores emisiones se dan en los despegues ,serian por tanto en nuestro caso 40.000 coches  de Buenos Aires-Madrid  ,o sea cada uno si quisiera hacer las paces ,con su conciencia ecológica, debería beber  1 cerveza diaria  durante 1700 años o lo que es lo  mismo ,   4 cervezas diarias durante  425 años ,o bien   más o menos 40 cervezas diarias durante 42 años.
Los que no usamos el avión ,  podríamos echar una mano, pues es imposible que el personal pueda beber tanto, y  comenzar  ya mismo  a  beber cerveza sin parar para acabar con el CO2 emitido y además suponemos que capturado ,que esa es otra, no habría  problema de que como consecuencia del hinchazón nos expandamos y adquiramos la forma de tonel, pues es la mejor manera de controlar  la presión, para  evitar que hablen mal detrás de uno.
La gran ventaja de la cerveza es  que  como el CO2 es inodoro, al salir las  burbujas o espuma, sí que le da a la cervecita un sabor muy apetecible, habría que beberla directamente del botellín para que no se escape el gas. No habría ningún problema si alguien prefiere el vino con  gaseosa o sifón, o incluso, el agua de vichy, pues las cuentas más o menos serían  las mismas.
 El beber frecuentemente, tendría un  beneficio añadido muy saludable, pues  al   eliminar el alcohol las neuronas improductivas que se van generando, sistemáticamente  las eliminaríamos del cerebro, y podríamos hasta pensar algo.
Con estas nuevas unidades de medida no quedaría otra, que estar bebiendo sin parar , para poder   seguir con los mismos ritmos y mantener esa necesidad de presencia que es la que  está detrás de estos viajes  de los hombrecillos modernos en su ansia por ser medio dioses y estar en todos los sitios,  aunque hoy ya  las autopistas de la información son más rápidas ,y hasta  pueden estar virtualmente en un lugar privilegiado y ver las cosas tridimensionales con las gafas, desde  donde esté la cámara captora, hacer zoom, repetir la jugada, o crear experiencias colectivas con la nueva realidad  aumentada, sin necesidad de tarjetas de embarque,  soportar humillaciones en la fila, o someterse  a una  ración extra de rayos X tanto en tierra con el escáner ,como  arriba volando, pues  está demostrado que pueden cambiar el ADN  de algunas células, y con ello  aumentaría  al menos la probabilidad  del cáncer ,cuando  poca gente sabe que con el billete  compra también participaciones de esa lotería que igual si lo piensa mejor  no necesita.
 Pero está claro que es el   consumo ,incluido el de vivencias   un  motor de este  sistema que nos lo vende como  progreso y necesita de esos   transportes ,aunque se den situaciones absurdas ,como que  justo ahora mismo, se están cruzando 2 barcos llevando patatas de un continente a otro, de tal forma de que si  hubiera  un intercambio de todas las patatas de un barco a otro ,nadie se daría cuenta de la tontería.
 Aunque el progreso no es ninguna ley universal (y menos de este tipo) que estuviéramos obligados a seguir, sí que podríamos  de esta forma,  ( ante la previsibles sucesiones de  catástrofes que indican  los cálculos científicos ),  tener  un mejor  argumento para justificar la desaparición gradual de la especie, ante  alguna otra especie  que llegara  en el futuro, de que  " fue por  no  beber  suficiente" que al fin y al cabo es una necesidad insatisfecha ,y  "no fue  por  la inconsciencia"  por lo que desaparecimos ,pues esta última,  no deja de ser otra  tontería, sobre todo  si  esta  especie inteligente ya cuenta con   internet, big data y  hasta inteligencia artificial."

sábado, 22 de diciembre de 2018

La lotería.

El spot publicitario de la lotería de este año nos cuenta la historia de Juan, el hombre al que le toca la lotería  cada 22 de diciembre, pero no es feliz. Un día decide compartir el décimo con la joven que ve todos los días en el mercado. Ahora si es feliz.
Aunque consideremos que esto solo puede suceder en la ficción; existe ese “Juan” que no es ficción. Veamos los sucesos improbables que se han dado a lo largo de la historia para que el “décimo de la vida” haya sido premiado en multitud de ocasiones.
Todo comenzó hace unos 13.700 millones de años, cuando nuestro Universo comenzó su andadura de una forma brillante (BIG BANG). Nuestro  “décimo de la vida”, fue premiado con cinco constantes universales, finamente ajustadas, para permitir la aparición de un Universo que albergase vida. Estas constantes dirigen la formación de núcleos de hidrógeno, durante el Big Bang, la formación de Galaxias, estrellas, planetas rocosos y las especiales características de todos los elementos químicos que conocemos… Cualquier ligera variación de sus valores numéricos nos lleva a un Universo sin la complejidad necesaria para el desarrollo de la vida.
Después de este premio, tuvimos que esperar unos 9.000 millones de años para que a nuestro décimo le tocara el siguiente. Una  nebulosa, situada en una región muy especial en una de las 100.000 millones de galaxias que componen nuestro Universo, colapsó y dio origen a nuestro sistema solar. La composición de esa nebulosa contenía un 71% de hidrógeno, 27% de helio y 2% de metales (con despreocupada indiferencia hacia las sutilezas químicas,  los astrónomos llaman metales a los elementos más pesados que el helio). Esta justa proporción de elementos químicos y la ubicación especial en la Vía Láctea, condujeron a la emergencia de un metabolismo primitivo, origen del ancestro común de todos los seres. El Sol se encuentra a 27.000 años-luz de distancia del enorme agujero negro, que es Sagitario A, situado en el centro de la Vía Láctea, a salvo de las peligrosas explosiones de radiación gamma que barren esa región central.
No contentos con ese importante premio, recibimos el siguiente. La Tierra se formó hace 4.500 millones de años en el lugar apropiado para tener una temperatura templada y agua líquida. Contamos además con un campo magnético que repele la peligrosa radiación cósmica y una tectónica de placas que va reponiendo los nutrientes en la superficie y, a la vez, estabiliza la temperatura. Estas excelentes condiciones planetarias se las debemos también a la luna que evita, entre otras muchas cosas, que el eje de la Tierra se bambolee en exceso. No es normal que un planeta de nuestras dimensiones, haya atrapado un satélite de las dimensiones de nuestro inseparable compañero: la Luna
La vida primigenia fue también otro golpe de suerte a nuestro “décimo de la vida”, después de tan solo 1.000 millones de años de la formación de la Tierra. Pero las células más complejas tardaron 2.000 millones de años más en surgir, gracias a la fusión fortuita, otro golpe de suerte, de dos células para formar una “célula eucariota”. Los 30 billones de células que componen nuestro cuerpo son células eucariotas, consecuencia del premio ese singular suceso.
Aún con estos golpes de suerte, debieron de pasar cientos de millones de años hasta que la vida pluricelular recibiera el premio gordo de la “explosión cámbrica”.  La explosión cámbrica es la aparición repentina (desde un punto de vista geológico) y rápida diversificación de organismos macroscópicos multicelulares complejos en los inicios del periodo Cámbrico, hace unos 500 millones de años.
Evolucionar de una especie primitiva a otra más evolucionada necesita de la coincidencia de muchos hechos favorables.  Ahora bien, la historia de la humanidad está escrita en nuestro ADN (un libro que contiene 3.200 millones de letras de longitud), por lo que resulta posible determinar los premios gordos que hemos recibido desde que nos separamos de nuestros primos, “los chimpancés”, hace 7 millones de años. Dado que estos parientes nuestros, que viven solo en el África central, muestran más diversidad genética que los seres humanos, que habitan en los extremos opuestos del mundo; esto solo puede significar que todos nosotros descendemos de una pequeña población de humanos, que recibieron el premio de la supervivencia a las varias catástrofes acaecidas a lo largo de nuestra historia pasada.
Los estudios de ADN determinan la existencia de dos premios gordos. Hace 150.000 años la población humana se redujo a unos pocos miles de parejas reproductivas y hace 70.000 años, de nuevo, la población se redujo a unos aproximadamente mil individuos.
Que nuestra especie sobreviviera, floreciera hasta convertirse en una sociedad tecnificada y creciera hasta los 7.000 millones de personas; hijos de solo unos mil individuos, es en definitiva, el último premio gordo recibido en toda esta historia.
Posiblemente, nadie en el Universo haya recibido tantos premios gordos como nosotros y por ello, probablemente, no haya otro “Juan”. A pesar de esto, como Juan, no somos felices; como dice el “spot”, el mejor premio es compartir… ”esta milagrosa cadena de coincidencias” entre todos los seres humanos.
¡¡¡ Feliz Navidad !!!


jueves, 20 de diciembre de 2018

Tendencias: La inteligencia artificial puede convertir a millones de personas en una clase inútil.


“El peor de los escenarios es que la humanidad se divida en diferentes castas biológicas, lo que nos llevará a una situación mucho peor que la del 'apartheid'. La inteligencia artificial expulsará a cientos de millones de personas del mercado laboral y las convertirá en una nueva 'clase inútil'. La gente perderá su valor económico y su poder político. Al mismo tiempo, la bioingeniería hará posible la actualización de una pequeña élite, que se convertirán en superhumanos. La rebelión y la resistencia serán casi imposibles debido a un régimen de vigilancia total que monitoreará constantemente no solo lo que cada individuo hace y dice, sino incluso lo que siente y piensa. La fusión de la biotecnología y la 'infotech' en forma de sensores biométricos significa que el Gobierno podrá controlar directamente tu corazón y tu cerebro.
El mejor escenario posible es que las nuevas tecnologías logren liberar a todos los humanos de las enfermedades y del trabajo duro y nos permitan explorar y desarrollar nuestro verdadero potencial; que la bioingeniería sirva para curar a los seres humanos en lugar de mejorar a una pequeña élite; que la inteligencia artificial elimine muchos empleos, pero que, con las ganancias obtenidas, proporcione a todos servicios básicos y gratuitos; que nos permita tener la oportunidad de perseguir nuestros sueños, ya sea en el campo del arte, los deportes, la religión o la construcción de comunidades; que la vigilancia de vanguardia sirva para espiar no a los ciudadanos sino al Gobierno, garantizando así que no haya corrupción, y que los sensores biométricos no se utilicen para permitir que la policía nos conozca mejor sino para conseguir que nos conozcamos mejor a nosotros mismos.”

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Más sobre las pensiones.


Viendo como respiran todos los que tienen el poder en nuestro país, incluidos los medios y los llamados expertos, al servicio de estos (políticos, poder económico y financiero). El futuro de las pensiones cada vez se me antoja más incierto y más problemático, tanto para su actualización con arreglo al IPC, todos los años, como para su sostenibilidad en el tiempo.
Con el actual sistema que tenemos de financiación de las pensiones, sólo con las cuotas a la SS de los que están en activo, parece estar claro que no llega; por lo que resulta necesario tirar de los PGE hasta completar su déficit, cosa que, hoy por hoy, tiene muchas resistencias dentro y fuera de nuestro País, por el impacto que puede suponer tanto en el déficit como en la deuda del Estado. Siendo conscientes de esto (déficit y deuda del Estado) y que, de aumentarlo indefinidamente, si nos dejan, iremos a parar a la bancarrota. Está claro que el gobierno y los partidos políticos que se reparten el poder en nuestro País, junto con los poderes económicos y los medios a su servicio, que los secundan, sólo encuentran una solución al problema, recortar gastos en los servicios esenciales, pensiones, sanidad y enseñanza y en todo caso la de subir impuestos que al final todos sabemos que repercutirán de alguna manera, como siempre y espacialmente, en la clase media, en los asalariados.
Ni unos ni otros buscan soluciones que garanticen, tanto las pensiones de hoy como las de mañana. Son incapaces de proponer soluciones duraderas, justas, asumibles y creíbles, cambios que garanticen su viabilidad a largo plazo. Y no lo hacen porque una de dos o siguen recortando de alguna manera los servicios básicos del Estado o tienen que recortar en los gastos políticos, subvenciones y mamandurrias, verdadera sangría del país, que todos los españoles tenemos que pagar con nuestros impuestos y que ellos no están dispuestos a asumir.
Digo lo anterior, a sabiendas de que es posible que no guste a muchos que puedan tener vinculaciones con algún partido político o sindicato. Pero si hemos decidido hacer nuestras reivindicaciones para no seguir perdiendo paulatinamente poder adquisitivo y asegurar las pensiones de hoy y de mañana, sin ir a la estela de ningún partido político o sindicato. Tendremos que denunciar y proponer, libremente, a los que tienen el poder, las soluciones que, algunos, entendemos son fundamentales para solucionar el problema, guste o no guste a los que tienen el poder.
Vivimos en un país de vampiros que nos chupan la sangre sin piedad. Vampiros que dominan la economía, los medios y la política. Todos sus esfuerzos van encaminados a conseguir el poder y a perpetuarse en él, la mayor parte del tiempo posible, sin importarles para nada los problemas profundos y básicos de la sociedad como son, el trabajo, las pensiones de los jubilados, la sanidad, la enseñanza y la vivienda.