miércoles, 18 de julio de 2018

Soberanía Judicial en la Unión Europea.


El caballero de la foto que pongo al pie se llamaba Otto Ernst Kemer y fue un nazi alemán, oficial de la Wehrmacht, y desde 1944, comandante del "Wachbattalion Groschdeutschland" la unidad encargada de la seguridad de Hitler y de sus lugartenientes, en Berlín.
Años después de acabada la 2ª Guerra Mundial, Otto Kemmer fundó, en Alemania, el  "Sozialistische Reichspartei Deutschlands" (SRDP), en castellano, "Partido Socialista de Reich Alemán", que de socialista tenía solo el nombre, pues era de ideología claramente nazi, por lo que no tardó en ser declarado ilegal y suprimido por el Tribunal Supremo alemán y, a partir de entonces, Kemer se dedicó a hacer apología del nazismo y a negar públicamente el Holocausto, hechos que, en Alemania, están tipificados como delitos graves, por lo que fue acusado por la fiscalía alemana y procesado por esos delitos.
Kemer huyó de la justicia alemana, y anduvo por Siria y Egipto, hasta que recaló en España, en 1994, y pasó sus últimos años viviendo confortablemente en la Costa del Sol, hasta su muerte, en Marbella, en 1997.
La Audiencia Nacional española rechazó la orden alemana de extradición contra él, bajo el argumento de que los hechos por los que lo acusaban en Alemania no eran delitos en España, de manera que, el Sr. Kemer, para la justicia española, no había cometido ningún crimen.
Dicho y conocido (o recordado) lo cual, que cada uno medite sobre ese concepto de soberanía judicial, del que ahora todo el mundo parece ser experto, y por el cual un delito por el que la justicia de un país persigue a un ciudadano e ese país, puede no ser considerado como tal, o no en la misma magnitud, por la justicia de otro país, rechazando la extradición del perseguido y, a partir de ahí, quien lo considere oportuno, que siga bramando ahora contra la justicia alemana.