lunes, 9 de marzo de 2020

Zaldibar.


Más de un mes llevan ya enterrados en escombros y basuras dos trabajadores de la empresa que gestionaba el vertedero de Zaldibar (06.02.20), tres semanas, tres, llevan los habitantes de la zona, Zaldibar-Ermua-Éibar sin una información veraz sobre lo acontecido, tres semanas, tres, lleva el Gobierno del PNV sin haber exigido una sola dimisión de ningún responsable.

Conozco por razones familiares el País Vasco, a lo largo de muchas visitas conozco el paisaje y el paisanaje, admiro lo primero y aprecio con mucho afecto lo segundo, lo cual no obsta de que sepa ver algunas apreciaciones al respecto no tan positivas, sin entrar en comparativas de dimensión, no lo pretendo, no puedo dejar de preguntarme que hubiera ocurrido si en la cuestión del Prestige hubiera habido muertos, el "nunca mais" hubiera sido de dimensiones apoteósicas, es más, aquello fue exactamente un accidente mal llevado posteriormente, esto es un latrocinio mal llevado siempre disfrazado de accidente.

Pero no parece que interese, no parece que merezca la atención de los medios, no parece que el Gobierno Vasco haya cometido ninguna actuación reprobable, no parece que la población (afectada o no) proteste más allá de las paredes de su casa, no parece que nadie exija responsabilidades, no parece que interese a nadie como se está actuando sobre el terreno, no parece que las familias de los fallecidos existan, no parece ni que haya ocurrido.

Durante muchos años por lo acontecido en esa querida tierra vasca, pensé, y ahora desgraciadamente me vuelve a la mente, aquellos versos de Gustavo Adolfo Bécquer ... ...
... ... ¡Dios mío, que solos se quedan los muertos!