miércoles, 29 de diciembre de 2010

El gasto en pensiones crece el doble de lo previsto y acorrala al Gobierno


El gasto en pensiones crece el doble de lo previsto y acorrala al Gobierno La partida destinada a abonar los pagos a los pensionistas avanza a un ritmo acumulado del 3,8% hasta noviembre. Trabajo preveía que esa cifra fuera del 1,9%.

Aunque el Ejecutivo se jacta de que el sistema de pensiones aún cuenta con superávit, la evolución de la ejecución presupuestaria no encaja en el esquema que diseñó inicialmente para 2010: mientras que los ingresos caen en términos de caja, los gastos crecen ya el doble de lo previsto, lo que podría provocar una desviación en los objetivos de déficit que marca la Comisión Europea. Un telón de fondo que no ayuda para abordar con serenidad la reforma de las pensiones en ciernes.

Según las últimas estadísticas del Ministerio de Trabajo, los gastos de las operaciones corrientes del sistema de pensiones –de donde salen los fondos para pagar las jubilaciones y prestaciones sociales– han avanzado en los primeros once meses a un ritmo del 3,8%. El avance de los pagos que inicialmente calculaban desde Trabajo era sustancialmente más moderado, del 1,9%.

La brecha es aún mayor si se tiene en cuenta tanto las operaciones financieras –compra de deuda, letras– como las no financieras –este capítulo incluye los gastos habituales, los corrientes– . Si el Estado preveía que los gastos consolidados se reducirían un 3,6% en 2010, la realidad vuelve a desmentir las buenas intenciones y palabras de las autoridades: esta partida crece ya a un ritmo del 7,3%.

Para más inri, el superávit de la Seguridad Social, que ya acumula una caída del 25%, está también en el centro de la diana, principalmente porque los ingresos han comenzado a descender. La agresiva destrucción de empleo se ha llevado por delante más de dos millones de puestos de trabajo desde el inicio de la crisis, una tendencia que la reforma laboral no ha conseguido subsanar de momento y que supone, en la práctica, que la maquinaria se está
quedando sin su principal combustible.

Los números rojos no deben llegar a la Seguridad Social bajo ningún concepto Según ha podido saber este diario, Zapatero ha trasladado a su equipo que antepongan este objetivo por encima de todo, ya que el coste de exhibir ante los mercados y la ciudadanía, un resultado negativo del balance de la caja de pensiones sería la guinda a su gestión de la crisis económica. Por ello, el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, aseguró la semana pasada que hay “margen más que suficiente para compensar cualquier desviación que se pueda producir en la Seguridad Social”. El futuro de las cuentas del sistema es uno de los secretos mejor guardados por el Ejecutivo, que ha ido bailando sus previsiones. El secretario de Estado de la Seguridad Social ha pasado de afirmar que el sistema acabará “con unas décimas de PIB” de superávit este año a afirmar que acabará con “cuatro”. Claro que este guión puede tener que cambiarse de nuevo a raíz de los 2.472 millones extra que tiene que desembolsar el Gobierno para compensar a los pensionistas por la desviación del IPC. Granado ya ha admitido que el superávit de la caja de las pensiones será “algo menor”. Este escenario tendrá que ser compensando para lograr el objetivo de déficit que marca la UE: que los números rojos de todas las administraciones acaben en el 9,3%. Trabajo ha intentado, sin éxito, apropiarse de parte de los excedentes de las mutuas.