jueves, 20 de octubre de 2016

La NASA.

  Para interesados en  el planeta rojo, en la ciencia y en la ficción:
Se puede ir a la NASA sin salir de la Comunidad de Madrid. La localidad de Robledo de Chavela alberga un pedacito de la agencia espacial de EEUU: uno de los tres complejos de comunicaciones que conforman la denominada Red del Espacio Profundo (Deep Space Network, DSN, en inglés). A través de esta red, que cuenta con otras dos estaciones prácticamente idénticas en Goldstone (California, EEUU) y en Canberra (Australia), los científicos mantienen contacto permanente con las naves espaciales robóticas que exploran el Sistema Solar: se comunican con ellas, les dan instrucciones, reciben los datos que transmiten y los envían al Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA en Pasadena, California, donde son procesados y analizados.
La localización geográfica de los tres complejos (en España, EEUU y California) no ha sido al azar. Están separados aproximadamente 120 grados en longitud, de modo que cada nave está siendo controlada siempre por alguno de los centros, con independencia del movimiento de rotación de la Tierra. «Las instalaciones son similares y tienen las mismas antenas y equipamientos. La diferencia es que el personal que las opera son estadounidenses, españoles o australianos», explica Ángel Ayala, jefe de operaciones del Complejo de Comunicaciones con el Espacio Profundo de Madrid (MDSCC, por sus siglas en inglés).
Las parábolas de las seis grandes antenas de color blanco repartidas por esta base científica contrastan con la vegetación y se divisan fácilmente desde la carretera, incluso cuando aún quedan por recorrer varios kilómetros para llegar.


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