lunes, 23 de marzo de 2020

EE.UU. se defiende de la insinuación china de que su ejército creó el Covid-19.





Erradicar las denominaciones iniciales puede ser una misión imposible. Pero en el caso del presidente de Estados Unidos, no es casual que en los últimos días se haya referido al microorganismo como “el virus chino” o “el virus de Wuhan”, por la provincia china donde se registraron los primeros casos: es su forma de responder a los intentos de Pekín de culpar al ejército estadounidense de su propagación. China se ha declarado “indignada” por sus palabras, que consideró “estig­matizantes”.

El término “virus chino” había sido utilizado ya por el secretario de Estado, Mike Pompeo, y varios congresistas republicanos. A mediados de febrero, el senador republicano Tom Cotton señaló sin pruebas a un “superlaboratorio” cerca de Wuhan como origen del virus y prometió hacer rendir cuentas a “los responsables del daño causado al mundo”.

Trump sólo ha empezado a utilizar el término esta semana, después de que el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Lijian Zhao, difundiera en Twitter una teoría de la conspiración y dijera que “es posible que el ejército de EE.UU. nos trajera la epidemia a Wuhan”, apoyando falsamente sus insinuaciones en unas declaraciones de Robert Redfield, el director de los Centros de Control de Enfermedades (CDC). Con anterioridad, el doctor Zhing Nanshan había sugerido que el virus pudo no haberse originado en China.

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