lunes, 5 de marzo de 2018

Otra cagada de la Inmaculada Colau.

El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido eliminar la estatua erigida en memoria de Antonio López y López, Marqués de Comillas, nacido en Cantabria pero durante años residente (Palacio Moja) y fallecido en Barcelona. Y quitarle su nombre a la plaza.

Parece ser que amasó su gran fortuna, primero, con el esclavismo y el negocio de tráfico negrero en Cuba, donde había emigrado. y poseyó, junto con el primer buque a vapor español, plantaciones de caña de azúcar y cafetales (negocios con gran uso de esclavos como mano de obra).

Pero luego fue un gran empresario y banquero que hizo mucho por Barcelona, dirigiendo compañías de ferrocarriles y, especialmente, fundando la naviera Compañía Trasatlántica Española, así como la Compañía de Tabacos de Filipinas, con sede en Barcelona, y una de las pocas empresas de características de "multinacional" que ha tenido España y que ha durado hasta hace poco.

Odiemos el pecado pero no al pecador. Y en su época la esclavitud no era delito: George Washington, Thomas Jefferson, Andrew Jackson y muchos de los "Padres de la Patria" de los Estados Unidos eran propietarios de esclavos negros en sus haciendas agrícolas (tabaco y algodón) y no por esto los han borrado de los libros de historia ni ha dejado de celebrarse su memoria: crearon un gran país, en un contexto muy distinto del de ahora.

Y los hipócritas que ahora quitan estatuas a grandes próceres, mejor harían combatiendo, no la esclavitud de otros siglos, sino la que, desgraciadamente, todavía pervive en muchos países con los que mantenemos relaciones comerciales sin darnos asco...



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