lunes, 11 de enero de 2016

El besugo dictador.


Recientemente hemos sido sorprendidos por la noticia de que Corea del Norte ya posee la tecnología para la fabricación de la bomba H o de hidrógeno. Prueba de ello ha sido una explosión que parece confirmarlo.

Sabiendo que el empeño de nuestra especie por eliminar a sus propios congéneres es único en todo el "reino animal", la noticia ha alarmado a la Comunidad Internacional.

Todos pensamos que los racionales somos nosotros y que son "los otros" los que irracionalmente pueden destruir nuestro hogar (planeta). Esta es nuestra preocupación y nuestra percepción.
Gracias al afán que tenemos de imponernos por la fuerza a los demás, el conocimiento científico y la tecnología se han visto potenciados al recibir jugosos presupuestos militares a lo largo de la historia de la ciencia.

Sin ir más lejos, el transistor vio la luz comercial (salió del laboratorio) para sustituir las clásicas válvulas de vacío, con objeto de aumentar la carga destructiva de los bombarderos que bombardeaban la Alemania nazi al disminuir el peso de la electrónica del aparato.

Pero no contentos con la hazaña tecnológica, diversos científicos (Einstein entre ellos) apoyaron la carrera para hacer posible la temible bomba atómica. Una propuesta teórica (reacción en cadena del uranio-235) por parte de los físicos, que los militares hicieron realidad y que a pesar del fin de la guerra en Europa se empeñaron en utilizarla para eliminar a una población civil inocente.

La idea de la bomba de hidrógeno surgió cuando los militares se dieron cuenta de que la masa crítica del uranio 235 o el plutonio limitaba el tamaño potencial de las explosiones de fisión o bombas atómicas recién lanzadas. ¡Qué pena!.

En 1949 los científicos hace años que habían explicado de donde procedía la energía casi infinita de nuestro Sol y los militares les preguntaron: ¿Sería posible reproducir una reacción en cadena utilizando el hidrógeno en lugar del uranio o el plutonio? En este caso el material en lugar de fisionarse (romper un átomo grande en dos más pequeños) se fusiona (se obtiene una átomo más grande con dos más pequeños). En ambos casos se produce una cantidad ingente de energía debido a que la masa final es inferior a la inicial (E=m*c^2).

Los científicos respondieron que sería necesario conseguir un diseño especial que reprodujeran las condiciones extremas de presión y temperatura que imperan en el astro rey. También añadieron que una explosión de fusión (hidrógeno) podría ser tan grande como su abastecimiento de combustible, que no tiene límite de masa crítica.

De nuevo, gracias al presupuesto desmesurado del ejército americano, el matemático húngaro John Von Neumann consiguió la financiación para construir el ordenador más avanzado de la época que revolucionaría los computadores: EDVAC (Electronic Variable Automatic Computer). Se trataba de una arquitectura revolucionaria que utilizaba el sistema binario ( el ENIAC utilizaba el decimal) y entre otras cosas introducía el programa almacenado. Este modelo es el precursor de los actuales procesadores que se encuentran en todos los aparatos inteligentes que nos rodean en la vida cotidiana, incluidos nuestros teléfonos.

El ejército americano pagó su construcción y la revolución tecnológica que ello con llevó; para que su primera utilización fuera el diseño y construcción de la primera bomba H.

En 1952 se completó su diseño y se explosionó confirmando el gran poder destructivo que tiene nuestra especie.

De esta forma cuando os sentéis frente a vuestro ordenador pensad que ese inocente electrodoméstico es fruto de nuestro empeño de eliminar a nuestros semejantes sin aparentes motivos racionales.

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