domingo, 11 de enero de 2015

Aquí no paga ni el tato.

Más bien cojo poco el transporte público porque me va mejor usar la moto, pero el día de año nuevo se me ocurrió no coger el coche para ir a comer, porque  llegas y no encuentras aparcamiento por ningún lado, así que decidimos irnos en el transporte público, cogimos el metro y después el tranvía que va desde Gorg en Badalona a Glorias en Barcelona.
Oh sorpresa en el tranvía durante el recorrido entramos unas setenta personas, de ellas  solo pagamos cuatro billetes, tres un servidor y uno  otra chica, el resto todos por el morro adentro,  eso no es lo malo es que te miran al verte pagar como si fueses un bicho raro. Como entran directamente sin pagar van y se sientan y los cuatro que pasamos por la maquinita cuando terminamos de validar el billete tuvimos que ir de pie agarrados a las barras, jódete y baila moreno ole.
O sea que se cumple el dicho que dice,  Dios castiga a los buenos y premia a los malos, como puede ser que no pague nadie y la autoridad correspondiente no ponga medidas para evitar esto, es normal que alguno se cuele de vez en cuando pero esto no la había visto yo en mi vida, ahora veo porque el precio del transporte público está por las nubes porque cuatro pagamos el gasto de los 64 que no pagan, además es que se te queda al ver esto una cara de primo que no puedes con ella, como decía un amigo solo pagamos los medio tontos,  porque los tontos y los listos no pagan ninguno, y es verdad.
Donde están los inspectores para meterle mano a estos chorizos, la verdad es que si pudieran como antiguamente los autobuses el conductor más el cobrador esta persona se ganaba de largo su sueldo y además no daría la sensación de impunidad que hay ahora.

Le propongo a quien corresponda que lo mejor  sería que cerraran las líneas del tranvía y así dejaríamos de subvencionar el paseo gratis a tanto jetas. 

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