jueves, 10 de marzo de 2011

La ansiedad.


La ansiedad es un problema que tarde o temprano podemos sufrir todos. Algunas manías son claros índices que demuestran nuestro grado de ansiedad: morderse las uñas, arrancarse partes del cabello o mover agitadamente las piernas son formas de reflejarlo. Muchos de esos actos pueden ser actos sin significado pero, en otros casos, son reflejo de personas que sufren ansiedad patológica e insalubre para el cuerpo humano.

La ansiedad puede considerarse un estado donde nos domina el miedo, el malestar, la inseguridad y la incomodidad con el ambiente que nos rodea. Es una sensación que nos avisa de que algo malo puede llegar a suceder, nos atormenta con hechos del futuro que todavía no han ocurrido pero que estimamos que puedan ocurrir.
Es importante que, en situaciones de estrés o de ansiedad descontrolada, acudir a un psicólogo que pueda guiar y decir si la ansiedad que se sufre es un estado normal o un estado patológico. Todos estamos ansiosos en algún momento y muchas veces existen verdaderas razones para estarlo.

La situación de sufrir ansiedad puede ser desagradable y puede afectar a la futura estabilidad de la persona. Buscar una forma de lidiar con los estados de ansiedad es necesario. Entre los consejos más habituales se dan la relajación profunda, el cambio de hábitos y la ruptura con la rutina.

Los síntomas de ansiedad suelen estar construidos en torno a hechos de la vida personal y motivados por algún tipo de evento traumático o doloroso como la muerte de una persona querida o la ruptura de pareja. Si la persona no consigue resolver situaciones graves de una forma correcta la ansiedad seguirá latente y afectando a la salud psicológico del enfermo.

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