jueves, 29 de abril de 2010

De la paja al Viscoelastic.

Como han mejorado las noches en cincuenta años, aún recuerdo cuando dormíamos en unas sacas llenas de paja, que hacían las funciones del colchón, estas, cuando llevabas durmiendo en ellas una temporada, se ponían más duras que las piedras, más que paja parecía tierra y te levantabas con unos dolores de espalda de la leche.

Seguidamente se mejoró bastante al rellenar los colchones con farfolla, según el diccionario de la Real Academia, denomina a esta: Espata o envoltura de las panojas del maíz, mijo y panizo. Cosa de mucha apariencia y de poca entidad. El problema que tenia este relleno es que en cuanto te movías empezaba a hacer mucho ruido, esto era un gran problema sobre todo para los matrimonios, ya que todos los que dormían a su alrededor se enteraban por el ruido de la farfolla cuando había habido marcha.

Después vino la borra, oh Dios que bendición esto era otra cosa, no tenía las cualidades de la lana por que se apelmazaba mucho, pero era bastante cómoda.

Pronto llegó la esponja en trocitos pequeños, o en una pieza que dejaba mas armada la cama, que decir de la esponja esto era la hostia de los colchones.

Por fin los Flex, ahora sí que sí, que maravilla, juntamente con los de lates y de agua. Así cualquiera hace una cama. Y como se duerme de bien en ellos.

El sumun de colchón parece ser que ahora es el de viscoelastic, no lo he probado pero según cuenta es la crem de la crem de los colchones, esperaremos a poder algún día probarlo, para poder opinar de sus cualidades.

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