No se trata de pontificar sobre que cualquier tiempo pasado
fue mejor, no, porque eso normalmente no es cierto, pero en esta tarde sin
motivo alguno, ya hace un tiempo sin recorrer los 6 kilómetros. que separan la
localidad donde vivo de Barcelona, quizá por nostalgia, quizá por necesidad, se
me viene a la mente la ciudad que disfruté y viví durante una buena parte de mi
vida. La Barcelona una ciudad cosmopolita,
mediterránea, europea, eso lo sigue siendo, pero aquella ciudad dónde se podía
tener acceso a la vanguardia en casi todos los aspectos, que colmaba las
aspiraciones de todas las tendencias, sociales, culturales, políticas, aquella
ciudad que fue punta de lanza de cualquier proceso imaginativo rupturista o no,
aquella ciudad o ya no existe o yo ya no la veo.
En varias oportunidades viajé a Madrid por diversas razones,
mas ciudad, por tamaño, por número de habitantes y una ciudad hermosa donde las
haya, pero siempre me daba la sensación de ser, dicho con todos los respetos
una grandísima ciudad en muchos órdenes pero con un barniz provinciano, siempre
me dio la sensación de que no iba lo suficientemente bien vestido, que mi
atuendo era demasiado descuidado y desenfadado para el lugar que estaba
visitando. Definitivamente, Madrid era
una ciudad encantadora y señorialmente provinciana, sin que por ello me atreva
a discutirle el título de Villa y Corte, todo lo contrario.
Disponemos en España de ciudades preciosas, para ello hay
gustos, apreciaciones, consideraciones de toda condición, para gustos se pintan
colores, pero de lo que yo he visto, de lo que yo he podido pulsar, vaya mi
recuerdo para de Norte a Sur y de Oeste a Este las siguientes, La Coruña,
Oviedo, Santander, San Sebastián, Vitoria, Pamplona, Córdoba, Granada y alguna
más que ahora injustamente olvido, posteriormente, dos ciudades que han tenido
una progresión fantástica, Bilbao y Valencia.
Por supuesto, limitado de mí, de lo que conozco, he visto virtualmente
maravillas como Toledo, Cáceres, etc.
Barcelona era el mejor escenario para todo aquel que tuviera
algo que exponer, si tenía calidad triunfaría, era la capital del mundo
editorial en español, claro también en catalán, era el mejor escaparate para
presentar ideas, productos, etc., formas de vivir, de expresarse, era el máximo
exponente de la industria farmacéutica, textil, de la universidad para
extranjeros, etc., etc., era sin duda alguna una capital europea con todas las
letras, actualmente el potencial económico de la ciudad sigue siendo
considerable, con tendencia a disminuir, pero todavía considerable, pero todo
indica que la condición provinciana, localista, cerrada, como se quiera
expresar o todos los conceptos juntos, hace tiempo ya que cambió y la
vanguardia está justamente a 625 km. de esta ciudad que tanto quiero. Solo
conozco un caso comparable, La Montreal de Quebec con respecto a Toronto, los
jóvenes quebequenses tienen que emigrar en busca de un futuro por mor del
exaltamiento de la "identidad monocolor", cuando lo verdaderamente
enriquecedor en todos los sentidos es sin perder la identidad, tener la mente y
el espíritu abierto, o todavía mejor, compartir y asumir dos identidades.
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