El diesel no contamina
más: por qué todos los sectores del automóvil se han movilizado.
En los primeros meses tras el aterrizaje de Zapatero en 2004,
ese “ocurrente” gobierno decidió que había que pinchar la “burbuja
inmobiliaria”, acelerando la llegada de la crisis y agravándola en un país como
España, donde el ladrillo (y todo lo que el ladrillo-ladrillo arrastra) era uno
de las principales, si no el principal, en ciertas partes al menos, motor de la
economía.
Ahora, a los nuevos ocurrentes
zetapedrinos, se les ha encendido, activada por algún burócrata europeo y
“pasando” olímpicamente de investigadores, ingenieros y fabricantes, la
bombilla de lo moderno que sería cargarse el diesel por el artículo 21 y de la
noche a la mañana. La misma estrechez intelectual (o soberbia política) que
llevó a Zapatero a la ilusa idea de crear prematuramente nuevas energías
renovables por decreto y vía subvenciones, haciendo caso omiso de
recomendaciones que alertaban de la nula competitividad de esas energías en
aquel momento y dando paso al agujero en la tarifa que pagaremos durante años
en el recibo de la luz.
Probablemente queda poco tiempo para volver a ver negros
nubarrones en la economía del país, empujados además por el viento de las
subidas de impuestos que vienen “porque las hemos acordado con Podemos”.