martes, 25 de febrero de 2014

Los Euros Catalanes.


Sus impulsores se sienten muy orgullosos, aunque -según han contado al suplemento Crónica de El Mundo- no prefieren no dar su teléfono o nombre completo a los periodistas que se lo preguntan. Lo cierto es que este grupo de vecinos de un pueblo de Lérida, ha conseguido vender todos y cada uno de los 8.000 euros falsos que han acuñado como "moneda de la república".
Han diseñado cada una de las monedas en curso actualmente (de 1 y 2 euros, de 50 céntimos, de 20, de 10, de 5, de 2 y de 1) con motivos similares a los que ya tienen los euros de curso legal, pero con simbología de la "República catalana". Así, las monedas de 1 y 2 euros tienen por el reverso una imagen de los famosos "castellers". Las de 50, 20 y 10 céntimos, lucen una representación de "San Jordi" matando al dragón.
Por último, los de 1, 2 y 5 céntimos, muestran una imagen que recuerda mucho al águila de San Juan, pero que en realidad representa al ave "Fénix" asociado al nacionalismo catalán. Una simbología empleada por grupos separatistas. Según algunos expertos, el símbolo del ave fénix se vincula al movimiento romántico de la 'Reinaxença', que sentó las bases del nacionalismo catalán en el siglo XIX. Más tarde, cuando llegó la II República, otros grupos ultras o radicales adoptaron el mismo símbolo. Se trata de los grupos armados como "Nosaltres Sols" o "Estat Catalá". El primero de ellos adoptó su nombre de una mala traducción del "Sinn Fein", el brazo político del grupo terrorista IRA.

En nuestros días, el fénix es empleado por grupos separatistas radicales y se identifica como un símbolo ultra, asociado también a movimientos neonazis en Cataluña. Es recurrente encontrar entre estos grupos, individuos con el fénix y la estelada tatuados en el cuerpo.
Más allá de la simbología, los impulsores de esta iniciativa buscan "trabajar para el advenimiento de nuestro país" y por eso han destinado el 20% de lo que han obtenido por la venta de los 1.000 estuches (con 8 monedas cada una) a una donación a la causa separatista. Según dicen ellos mismos, han hecho la donación a "una organización que trabaja para la liberación de nuestro país".
En este momento, las "primeras pruebas" -como lo han llamado los impulsores de la iniciativa- están agotadas, tras venderse a 10 euros cada estuche. Aún así, las peticiones siguen llegando y se plantean pedir una nueva hornada de monedas.
Más allá del evidente contenido político que tiene estas monedas, y que fue uno de los principales motivos de sus impulsores para sacar adelante la idea, éstas no son de curso legal, y así lo dejan claro en el paquete que las acompaña. En cualquier caso, están acuñadas de forma casi calcada a los euros y es fácilmente confundible en el canje diario de monedas.
La idea surgió, dice Crónica, entre Tarragona y Lérida y se desarrolló gracias al famoso programa Autocad. Un programa de alineación profesional. Borraron la cara del Rey de España y comenzaron a surgirles las ideas. Ya que no tienen todavía un "presidente de la República Catalana", decían sus impulsores, se pensó en un castellers, en san Jordi y el Ave Fenix. De ésta última, dicen que "es un símbolo catalán porque proviene del diseño que el arquitecto Lluis Domenech i Montaner realizó para la revista la Renaixensa a mediados del XIX".
Sabedores de que acuñar moneda falsa está penado, los impulsores han destacado que sus monedas tienen "aproximadamente" un milímetro menos de diámetro, el borde es liso y no están producidas con las mismas aleaciones metálicas. Pese a todo, las monedas pueden inducir a engaño. Además, el Parlamento Europeo y su reglamento número 1210/2010 mantiene prohibida la "fabricación, venta, importación y distribución" de cualquier "medalla" si el tamaño "está dentro de la gama de referencia" o el "diseño es similar" al euro.

Un grupo de expertos consultado por Crónica, destaca que estas monedas pueden "colar" como auténticas, por eso "exigen que esas medallas lleven un número de curso legal en el anverso o en el reverso de la medalla o ficha. O, si no, hacerles un "agujero central superior a seis milímetros, o forma poligonal de hasta seis caras"". Otra opción es fabricarlas en oro, plata o platino. Tampoco fue el caso.