Dícese el juego, surgido en Rusia, consistente en sobrevivir al disparo de una bala alojada aleatoriamente en el tambor de un revolver y quedarse con la riqueza puesta encima de la mesa.
El símil coincide con la ruleta rusa del cambio del clima. Nadie pone en duda que el clima cambia a lo largo de miles o millones de años. Así lo demuestran los registros fósiles que podemos ver cuando hacemos turismo. Lo que sí parece ser es que algunas personas no son conscientes de que los cambios climáticos son como una ruleta rusa: quien sobrevive se queda con todo el Planeta.
Cuando visitamos los Alpes, el guía de turno nos indicará donde terminaba el glacial que estuviéramos visitando, en 1800, 1850, 1900, 1950, ...y como, durante la última Glaciación, el glacial cubría la ciudad de Lyon (Francia). Es un hecho objetivo que los glaciares de todo el mundo están acelerando su retroceso de manera sincronizada.
Tiempo atrás en la vida de una persona estos cambios climáticos apenas eran perceptibles, ahora en cambio, en el transcurso de una sola generación los podemos medir y comparar con el aumento de la concentración del CO2. El método científico nos confirma que un aumento de la concentración de un gas con efecto invernadero hace aumentar la temperatura media del Planeta.
Si parece un pato, nada como un pato, y grazna como un pato, entonces probablemente estemos ante la presencia de un pato.
Pero en ciencia nada es seguro al ciento por ciento. De todas formas yo no recomiendo seguir jugando a la ruleta rusa del cambio climático, salvo que tenga la esperanza de que a mí no me toque y me quede con todo el Planeta.