Una sensación de decepción ha envuelto las primeras lecciones de Kosovo tras su independencia.
Los políticos kosovares convencieron a la población de que la independencia era la solución mágica para todos sus problemas. Pero de eso nada. La mayoría de kosovares ven ahora la situación económica peor que antes de ser independientes, dado que las ventas y el comercio con Serbia se han venido abajo y el paro se ha disparado.
Además, ha habido un notable incremento de la corrupción porque aquellos políticos que les vendieron la moto de la independencia lo hicieron para acumular poder en su propio beneficio más que para favorecer a los ciudadanos.
Si Kosovo es el ejemplo que tanto les gusta poner como ejemplo a los nacionalistas vascos y catalanes, dígase ERC o PNV, apañados vamos, como dice el del chiste Virgencita, Virgencita déjame como estaba.
jueves, 16 de diciembre de 2010
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