Barcelona, enero del 2014. Un motorista va siguiendo con su moto a dos motoristas de la Guardia Urbana de Barcelona que circulan entre los coches totalmente parados desde la Ronda de Dalt hasta la Ronda Litoral.
Al cabo de 15 minutos de ir detrás de ellos, lo paran y le denuncian por circular entre los coches.
No valen sus argumentos: «Estoy haciendo lo mismo que ustedes». «Nosotros vamos a un servicio», responde uno de ellos.
Mentira. Sale de la Ronda, mira y están allí mismo parados casi 20 minutos hablando.
Se sabe que la Guardia Urbana y pocos lo dudamos, son solo recaudadores.
Esto se llama clara y llanamente abuso de autoridad, no es la primera vez que ocurre esto con la guardia urbana de Barcelona, no se besan porque no llegan y son más chulos que un ocho, así les va.