lunes, 17 de febrero de 2020
Entre todos la mataron y ella sola se murió.
Os quería hablar un poco sobre la suspensión de la feria de los Móviles de Barcelona, le están echando la culpa al coronavirus claro estaque eso ha sido solo la escusa, la realidad es que en Cataluña y especialmente en Barcelona, no se han enterado que llevan ya varios años tocándole las narices a la organización, primero sale la Inmacul”ada” Colau diciendo que la feria del Móvil es una reunión de empresarios capitalistas que no aportan nada a la ciudad, vale yo creo que aportan más que tú, aunque esto es cuestión de opiniones.
El año que durante la celebración de la Feria no hace huelga el sector del taxi, es porque la hace el personal de tierra del aeropuerto del Prat, cuando no son estos, son el personal de autobuses y metro, es decir que llevamos unos años que putean al personal que viene a el evento a dejarse su buen dinero en esta ciudad.
Se están actualmente celebrando varios eventos similares a la Feria de los móviles en Alemania, Suiza etc. y no se ha suspendido ninguno porque el problema no es el coronavirus si no los intereses que hay y me huele que cuando les caduque el contrato que tienen con Barcelona, muy probablemente vuele a alguna capital europea y hasta podría ser Londres, pero en fin no quiero ser un adivino gafe.
Para mi cual es la verdad de la suspensión, pues que todas las corporaciones norteamericanas, asiáticas y europeas que declinaron asistir al Mobile tienen algo en común: temen a sus rivales chinos. En particular, Huawei. En su batalla comercial y tecnológica con China, Donald Trump está hostigando especialmente a Huawei. También la UE la ha puesto en cuarentena por el miedo a que la tecnología 5G, de la que Huawei es líder mundial, quede en manos chinas. Por lo tanto, en esta lucha competitiva, donde al enemigo no hay que darle ni agua, no se puede descartar que las grandes corporaciones norteamericanas, europeas y asiáticas hayan aprovechado el coronavirus para darle una patada a China en el trasero del Mobile de Barcelona.
Porque más allá de las macrocifras de la evaporación de 47 millones de euros para los hoteleros, 40 de los restauradores, 14 de los apartamentos turísticos, u otras expectativas con muchos ceros en el caso del ocio nocturno, el transporte y el comercio, se esconden las minicifras de muchas economías domésticas con nombre y apellidos que podían haber ganado unos euritos y les han cortado el royo.
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