Estos derrochadores y
mentirosos majaderos han tenido la ocurrencia de comparar el Valle de los
Caídos con Auschwitz. No han reparado en Treblinka, ni en Mathaussen, ni en
Birkenau, ni en los campos de concentración comunistas en la URSS. Ellos se
dejan llevar por los folletos, y los turistas visitan Auschwitz con más
frecuencia que otros lugares del horror y el terror de la inhumanidad, por ser
el campo de exterminio mejor conservado y expuesto para comprender el nivel de
bestialidad que puede desarrollar el bípedo racional. En el Valle de los Caídos
no se percibe ni un latido de espanto. Se trata de un monumento, una basílica
católica levantada en homenaje de los que cayeron en los dos bandos de los
frentes de la Guerra Civil española. Es tumba de soldados, vencedores y
vencidos, no de civiles torturados por el racismo criminal y supremacista.
Lo más parecido a
Auschwitz en España son las checas de Madrid, desde la de San Antón a la de
Bellas Artes, que tanto visitaba –la segunda– el excepcional poeta del Puerto
de Santa María Rafael Alberti.
De ellas partían
diariamente los camiones de la muerte, con padres e hijos abrazados hacia el
sacrificio. Y el Himmler español, Santiago Carrillo, responsable de más de seis
mil tumbas adelantadas a la naturaleza, es hoy considerado por la izquierda
española un individuo ejemplar. Como la burra de La Pasionaria, tan
extraordinariamente retratada en las Memorias del Campesino.
La checa de tortura de
Bellas Artes se hallaba en los sótanos del Círculo, pero mantenía su vida
social. Su bar era frecuentado por falsos revolucionarios con el mono impoluto.
El mono que nunca se acostó sobre la tierra en una trinchera del frente. El
mono de Alberti o el de Pepe Bergamín, los monos más planchados de la
Generación del 27. De los sótanos del horror a la copita en la barra.
Establecer
comparaciones entre Franco y Hitler es de dementes o impostores. Franco impuso
un régimen totalitario y la posguerra fue dura e injusta. De haber ganado el
Frente Popular habría sido infinitamente peor, porque los republicanos ya
principiaron a asesinar y quemar iglesias, conventos y obras de arte en los
inicios de la República, causando un profundo malestar a los incautos intelectuales
–Ortega, Marañón y el propio José Antonio–, que confiaron en la pésima
experiencia republicana. Los aliados, vencedores de la Segunda Guerra Mundial,
no fueron misericordiosos con los vencidos. Y los soviéticos exterminaron a los
rusos que no querían ser comunistas.
Lo que nadie discute,
aparte de la aparente mediocridad intelectual de Franco, es que superados los
años duros, España creció económicamente, se creó y fortaleció la clase media,
se construyeron centenares de miles de viviendas populares subvencionadas, se
llevaron a cabo fundamentales obras públicas, se mejoraron las comunicaciones y
se instituyó, con muy especial atención de Franco, la Seguridad Social que
tanto bien ha hecho a los españoles cotizantes y ahora a los inmigrantes sin papeles,
incluido los que atacan a nuestras Fuerzas de Seguridad en las fronteras de
Ceuta y Melilla con cal viva mientras Marlasca no quiere enterarse de lo que
pasa.
A Franco lo visitaron
dos de los grandes soldados que vencieron a los nazis en la Segunda Guerra
Mundial. El general Eisenhower, siendo Presidente de los Estados Unidos de
América, y el general De Gaulle, quince días más tarde de abandonar la
presidencia de la República francesa.
–Llevaba treinta años
esperando el momento de saludarlo y expresarle mi admiración–, le soltó De
Gaulle a un sorprendido general Franco. Y gracias a la visita de Eisenhower,
aunque no oficialmente, las Fuerzas Armadas Españolas adquirieron los códigos
de la OTAN y se movieron por el mundo, compartiendo ejercicios y maniobras, con
los ejércitos de las naciones occidentales. La Historia no se puede resumir en
un artículo, pero así fue les parezca bien o mal a los mentirosos y cretinos,
recordando a Pirandelllo. Así fue si así os parece. Franco, con España
recuperada, no fue atacado por los grandes héroes aliados. Fue visitado y
agasajado por ellos.
Lo de Auschwitz, con
toda probabilidad, es otra chorrada de esta gentuza que gobierna sin ganar en
las urnas y con el apoyo de la anti-España. Sólo un ignorante, un majadero o un
impostor puede tener semejante ocurrencia.