Parece que lo de ‘morirse de aburrimiento’ es algo más que una metáfora o una frase hecha. Al parecer, llevar una vida aburrida puede incrementar significativamente las posibilidades de morir, o al menos esta es la conclusión a la que han llegado los investigadores de una universidad de Londres. El estudio ha tardado 25 años: de 1985 a 1988 se preguntó a una serie de personas de 35 a 55 años sobre su nivel de aburrimiento, y ahora, más de dos décadas después, se ha comprobado si seguían vivas.
En la encuesta original, un 10% respondió que habían estado aburridos durante todo el mes anterior. El porcentaje, además, era el doble entre las mujeres que entre los hombres. Pues bien, entre los ‘aburridos’ la tasa de mortalidad ha sido un 37% superior que entre los ‘no aburridos’. Una hipótesis argumentada por los investigadores es que los que se sienten aburridos probablemente tienen más propensión a acabar desmotivados y caer en la depresión, adaptando hábitos y adicciones insalubres que pueden acabar, por ejemplo, en infarto (de hecho el estudio parece establecer una conexión clara entre aburrimiento y riesgo de infarto).
Los investigadores concluyeron, además, que la mayoría de ‘aburridos’ ejercían trabajos manuales o repetitivos, por lo cual aconsejan a este grupo buscar alternativas saludables de ocio fuera de sus horas laborales, para evitar así los mortales riesgos de caer en el aburrimiento. Así que la próxima vez que oigáis a alguien ‘me muero de aburrimiento’, estad alerta, aún estaréis a tiempo de salvar la vida de vuestro interlocutor.
viernes, 26 de febrero de 2010
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