Bueno, buen discurso de la Sra. empañado al final por ese
deseo de que el coronavirus se los lleve al infierno, no, debe ser, tiene que
ser, algún día será, el coronavotos, ahí sí estaría de acuerdo, por lo demás
apreciaciones bien desarrolladas, ciertamente la Sr. Montero, a la que no dejo
de reconocerle cierta valía, más que suficiente según está la media para ser
política e incluso diputada, no tanto como para llegar a un ministerio, tiene a
menudo unas expresiones y posiciones tan impostadas, tan de pancarta, tan de
asamblearismo correligionario, que empieza a aburrir hasta a las ovejas, y
tiene eso sí un sectarismo más grande que el carajo de la vela.
Por otra parte, no debiera caerse en la crítica personal,
sobre su marido, su cuñado, o su sobrina, pero cuando se es un matrimonio dentro
del mismo Gobierno hay que apechugar hasta con ese tipo de chanzas porque lo
llevan en el sueldo, no tuvieron empacho en "forzar" ante la
autoridad competente la entrada de ambos en el Gobierno, antes en ser el nº1 y
nº 2 en el Grupo Parlamentario de PODEMOS, ¡vive Dios! que desde los tiempos de
Nicolae y Elena Ceaucescu no había conocido un caso similar.
Venga, paciencia, buen
tono, sin perder la sonrisa, que al fin y al cabo lo agradece el bolsillo, todo
queda en frase acuñada por el padre de sus hijos, en un ... ... ... ...
¡cabalgar contradic