El fin del período de protección del Viagra, que
concluyó el pasado mes de junio, ha permitido que, excepto en Estados Unidos
donde este período ha sido alargado hasta 2020, se fabriquen todo tipo de
variantes genéricas del popular medicamento. Entre ellas se encuentran
propuestas originales, polémicas o estimulantes (valga la redundancia).
Si recientemente explicábamos cómo el sildenafilo estaba siendo utilizado
por los más jóvenes como una droga recreativa, esta última semana hemos visto
cómo ha pasado a formar parte del mundo de la alimentación.
En concreto, ha sido Charlie Harry Francis, un popular cocinero
británico, quien ha añadido 25 miligramos de Viagra a cada una de las
bolas de helado que conforman uno de sus postres. Como no podía ser de otra
forma, este alimento goza de un nombre que define bastante bien los efectos de
la ingesta del mismo: Francis lo ha bautizado como The Arousal, es decir, algo así como “El excitador”.
Un invento ¿inocuo?
El cocinero experto en helados ha expuesto su creación en su blog personal,Lick Me, I’m
Delicious, y de ahí ha saltado a las páginas de los periódicos. Como él mismo
explica, se trata de un encargo puntual y no de un
proyecto destinado a su comercialización, aunque su autor deje abierta la
posibilidad de volver a realizarlo en caso de que sea demandado por un cliente.
“Ha sido una de las peticiones más extrañas que he recibido jamás”, explica
Francis.
“Fue realizada por una de mis celebridades de primer nivel, que nos obligó a firmar un acuerdo de
confidencialidad, así que no podemos decir gran cosa sobre ello, pero lo que sí
me permiten decir es que terminaron ‘muy felices con el resultado final’”.
Aparte de lo morbosa que puede resultar la especulación acerca de la identidad
del famoso consumidor de Viagra en forma de helado, cabe preguntarse cuál pudo
ser su objetivo. ¿Poner en funcionamiento su órgano sexual, como cabría pensar
cabalmente? ¿O simplemente echarse unas risas con los amigos?
Desde luego, y dada la cantidad de Viagra que fue incluida en el helado,
los comensales no pudieron sufrir un empacho, ni siquiera acercarse a ello. Los
25 miligramos constituyen la dosis más baja del compuesto, y por lo
general, la dosis común está conformada por 50
miligramos. Más difícil fue ocultar el sabor del medicamento, para lo cual, y como ha
explicado a Latin Times el
propio Francis, dedicó un par de jornadas de trabajo.
“Incorporar el Viagra fue relativamente sencillo”, explicó el pinche, que
también reconoció que fue bastante más complicado mezclarlo con el sabor del champán que sus clientes solicitaron que
debía formar parte del compuesto.
Un buen negocio
Lo que quieras, cuando quieras, como quieras. Esa parece ser la máxima del
negocio de Francis, que persigue la máxima satisfacción de sus adinerados
clientes. “Conseguimos cualquier sabor de helado para
los eventos de la gente”, explica el heladero. “Nuestro cliente nos preguntó
si sería posible. Y lo fue”.
Al parecer, y tal como deja entrever el propio Francis, el helado cumplió también la función medicinal que, en principio, es propia del fármaco utilizado para tratar la disfunción eréctil. No obstante, se deben recordar los riesgos que puede suponer un consumo desmedido de Viagra. Una sobredosis puede causar, además de una dolorosa y prolongada erección, bajadas de tensión, dolor de cabeza, malestar estomacal y complicaciones que puedan derivarse de su interacción con otros medicamentos.
De lo que no cabe lugar a duda es de qué francés se ha encontrado gracias
al encargo de su cliente con una de las mejores
campañas promocionales que podía haber imaginado. Y ello, a pesar de
que recetas ya célebres como el helado que brilla en la oscuridad,
cocinado a partir de la proteína luminiscente de las medusas o el helado de
carne asada le hayan garantizado un hueco entre los cocineros más originales
del Reino Unido.