“El peor de los escenarios es que la humanidad se divida en
diferentes castas biológicas, lo que nos llevará a una situación mucho peor que
la del 'apartheid'. La inteligencia artificial expulsará a cientos de millones
de personas del mercado laboral y las convertirá en una nueva 'clase inútil'.
La gente perderá su valor económico y su poder político. Al mismo tiempo, la
bioingeniería hará posible la actualización de una pequeña élite, que se
convertirán en superhumanos. La rebelión y la resistencia serán casi imposibles
debido a un régimen de vigilancia total que monitoreará constantemente no solo
lo que cada individuo hace y dice, sino incluso lo que siente y piensa. La
fusión de la biotecnología y la 'infotech' en forma de sensores biométricos
significa que el Gobierno podrá controlar directamente tu corazón y tu cerebro.
El mejor escenario posible es que las nuevas tecnologías
logren liberar a todos los humanos de las enfermedades y del trabajo duro y nos
permitan explorar y desarrollar nuestro verdadero potencial; que la
bioingeniería sirva para curar a los seres humanos en lugar de mejorar a una
pequeña élite; que la inteligencia artificial elimine muchos empleos, pero que,
con las ganancias obtenidas, proporcione a todos servicios básicos y gratuitos;
que nos permita tener la oportunidad de perseguir nuestros sueños, ya sea en el
campo del arte, los deportes, la religión o la construcción de comunidades; que
la vigilancia de vanguardia sirva para espiar no a los ciudadanos sino al
Gobierno, garantizando así que no haya corrupción, y que los sensores
biométricos no se utilicen para permitir que la policía nos conozca mejor sino
para conseguir que nos conozcamos mejor a nosotros mismos.”