Gerard Ardanuy, concejal de Educación
y Universidades del Ayuntamiento de Barcelona, aseguró ayer de que hasta la
fecha solo se han recibido 16 solicitudes de familias que quieren escolarizar a
sus hijos en castellano, lo que
representa el 0’00009% de las matrículas escolares en Barcelona. Aun así,
Ardanuy añadió que los centros afectados estudiarán cada uno de estos casos
para incrementar las horas lectivas en lengua castellana. Para UpB, este dato
demuestra que «en Barcelona no hay ningún conflicto lingüístico», tal y como
afirmó ayer su portavoz Jordi Portabella. Según él, el conflicto solo existe en
personas que viven fuera de Catalunya.
Mentira, mentira y más mentira, a ver
si se refiere a que no hay conflicto en función a las solicitudes hechas por
los padres, que piense que la mayoría no las hace por miedo a que discriminen a
sus hijos, pero en privado todos se quejan del sistema educativo.
Es verdad que esto no tiene solución
porque para poder solucionarlo habría que tener interés polítitico que no es el
caso.
La cosa es de locos en que país del
mundo los niños no pueden estudiar en la lengua oficial del estado, ojo y no
quiero con decir con esto que los niños no aprendan catalán que no es así, lo
que pasa es que aquí se han empeñado en terminar con todo lo que huela a España
o a español y por desgracia y con la complacencia del gobierno central que es
el culpable de permitirlo, lo están consiguiendo.
La cosa es más sencilla de lo que
parece, vamos a partir del caso de que en Cataluña más o menos un 50% habla
español y el otro 50 catalán, tan difícil es poner la mitad de colegios en
español y la otra mitad en catalán y solucionado, pasa como con los documentos
oficiales solo los tienen es catalán, tan difícil es poner en el folio por un
lado catalán por el otro español y solucionado el tema es que cada persona
elija el idioma que prefiera, pero por desgracia no es así, al final no nos quedara mas remedio después de
vivir aquí toda una vida, volver a tener que emigrar Dios sabe donde pero a
cualquier sitio que no nos aborrezcan tanto como aquí en Cataluña.
