Desde
hace ya bastantes años vemos como al mismo tiempo que se eliminan poco a poco
las prestaciones sociales, los estados occidentales y las multinacionales
se vuelcan en acciones de carácter solidario mediante campañas de publicidad
masivas, y más aun en las fechas navideñas, un momento especialmente adecuado
por sus connotaciones sensibles para introducir mensajes de caridad y desviar
la atención de la responsabilidad del sistema económico neoliberal mediante un
lavado de cara ideológico para mistificar la realidad y desfigurar las causas
profundas de la pobreza provocadas por el régimen financiero - bancario que nos
rige.
En la calle podemos ver que la competencia entre ONGs por captar recursos es feroz y agresiva, y más aún con la crisis de los últimos años.
Algunas de ellas como por ejemplo ACNUR (refugiados) y UNICEF (infancia), son organismos dependientes de la ONU que buscan la gratuidad del voluntarismo de la juventud o la elaboración de contratos laborales a tiempo parcial y con salarios exiguos y que muchos además están supeditados a la productividad, esto es, a comisión según las captaciones de fondos realizadas.
En la calle podemos ver que la competencia entre ONGs por captar recursos es feroz y agresiva, y más aún con la crisis de los últimos años.
Algunas de ellas como por ejemplo ACNUR (refugiados) y UNICEF (infancia), son organismos dependientes de la ONU que buscan la gratuidad del voluntarismo de la juventud o la elaboración de contratos laborales a tiempo parcial y con salarios exiguos y que muchos además están supeditados a la productividad, esto es, a comisión según las captaciones de fondos realizadas.