NO HAY partidos
"nacionalistas", sino partidos "chiringuitistas" que, con
la coartada de "los hechos diferenciales" (siempre inventados, porque
al final nadie es diferente o todos lo somos, según se quiera ver, pero lo que
es SIEMPRE tramposo es querer obtener beneficios "diferenciales"
aprovechando supuestos hechos diferenciales que son, y lo repito, puramente
inventados) lo que realmente persiguen es crear "chiringuitos" o
núcleos de poder regionales con tendencia al engorde creciente propio, en
menoscabo de otras autonomías o chiringuitos menos "competitivos" (en
votos, en capacidad de presión y en habilidad para encontrar, vender y
"clavarnos" a los demás sus "hechos diferenciales" propios)
y al blindaje no menos creciente de sus privilegios.
En particular una serie de nuevas actuaciones tramposas que
nos van clavando los chiringuitistas, basadas en el chantaje (por la necesidad
de votos de los partidos "estatales") junto con la coartada de los
votos "nacionalistas" es ésa de "GESTIONAR" no sé qué
cosas, que no es más que una manera de engordar el chiringuito propio por la
vía tan cómoda de convertir su chiringuito en una macrogestoría que pasa a
hacer lo que tendría que hacer el propio Estado (incluyendo en ese concepto a
esos mismos políticos nacionalistas como parte del Estado) pero sin lucro
adicional, sino "a coste" como se supone lo hace el Estado central.
Es decir, lo que ya es una perversión mayúscula (otra más del
sistema) es que el Sr. Urkullu, por ejemplo, ejerza de "Asesor/ Gestor
mayor de la autonomía vasca" a imagen y semejanza de lo que hace un asesor
laboral/fiscal/contable de empresas para "la empresa" Estado Español,
S.A., realizando, al igual que éste, las gestiones y disponiendo de los dineros
necesarios pero añadiendo un plus por "honorarios" (¡y qué
honorarios!) y por los pluses que se les ponga en la higa añadir (todos los que
el chantaje dé de sí) por hacer un trabajo que YA IBA en su sueldo como
lehendakari. Pero además con la gran ventaja añadida de que el dinero lo pone
el Estado y su responsabilidad se limita a "su gestión". Vamos, un
negocio redondo seudoprivado o para unos cuantos (el chiringuito mismo,
básicamente, más algunas migajas para el tan traído y llevado "pueblo
vasco" que asegure que los votos de éste sigan engrasando la máquina del
chiringuito) dentro de y pagado por el Estado central (que, como es sabido,
paga con dinero que "no es de nadie" aunque lo pongamos otros
muchos).
¡Qué envidia que yo, como ciudadano, no tenga la posibilidad
de montar una gestoría para "gestionar" esas cosas!
Lo peor es que ese mecanismo chantajista genera además una
espiral perversa en la que cada vez más el chiringuito regional acumula más
poder, más dinero y más privilegios, con lo cual sus ciudadanos, que observan y
reciben, aunque sea en una pequeña parte, los beneficios de ese dinero y
privilegios extra, cierran aún más filas con los chiringuitistas, lo que
permite a estos seguir aumentando aún más su capacidad de chantaje y el desfase
derivado en el reparto de dinero y privilegios contra los que, encima, los
pagan mayoritariamente, que son los ciudadanos del resto del Estado.
Pero claro, si ese resto del Estado no se entera o no
reacciona......¿se van a preocupar de hacerlo los propios partidos políticos
supuestamente "nacionales", que a su vez tienen montado su propio
chiringuito (ese partido y esa maquinaria de la que dependen los votos que
obtienen y que significan ingresos y cargos y prebendas para el
chiringuito-partido) como muy atinadamente apunta Pedro repetidamente?
Por otra parte, no me parece realista, Pedro, y ya lo he dicho
alguna vez antes, pensar en elegir "caudillos" por sufragio
universal, como pareces proponer. Me parece inviable por logística, por la
dispersión enorme de "caudillos" que surgirían (¿47 millones de
españoles, un millón de caudillos, por ejemplo?), por los muchos oportunistas
que jugarían a "caudillos" y nos seguirían engañando, por la
imposibilidad de poner de acuerdo a tantos "elegidos" y evitar las
guerras entre bastidores entre caudillos vencedores y caudillos vencidos
(guerras en las que de nuevo las víctimas colaterales seríamos los ciudadanos
de la grada),.... entre otros peligros.
Por eso, creo que el sistema AUTÉNTICAMENTE democrático de
partidos sigue siendo el menos malo, pero encontrando e implantando sistemas de
control que limiten los vicios del actual sistema. Para empezar, cambiando
"como sea" (saliendo a la calle y poniendo barricadas en la calle los
ciudadanos para exigirlo, si es preciso) la actual ley electoral y ampliando un
organismo arbitral y de control paralelo (podría ser un anexo a un poder
judicial verdaderamente independiente) que no dependa de los partidos sino que
se elija, ése sí, más directamente por los ciudadanos y que sea verdadera y
plenamente INDEPENDIENTE de los partidos y del Ejecutivo. Un fiscal general del
Estado, si se quiere, pero verdaderamente independiente del y blindado contra
el poder ejecutivo.
Y luego habría que asegurar también una verdadera y efectiva
independencia de poderes del Estado, con poder supremo del Poder Judicial para
sancionar contra irregularidades de los partidos como tales y de sus políticos
y afiliados; y con control del sistema penitenciario, evitando el absurdo de
que el gobierno pueda reírse descaradamente y a posteriori de las decisiones judiciales
que su control indirecto del judicial le impidió controlar a priori.
Y, por último, paralelamente con eso, intentando y confiando
en que aparezcan partidos que, a diferencia de "corruptos
intrínsecos" como los gestores y controladores de Podemos, no se
conviertan en "casta" al día siguiente de tocar el poder al que se
auparon precisamente despotricando contra esa "casta". Personalmente
preferiría la regeneración DE VERDAD y un compromiso REAL con la ciudadanía
(por encima del compromiso con el ombligo de su propio partido) de los dos
partidos mayoritarios. Un compromiso que los moviera a implantar esos
mecanismos correctores mencionados.
Pero sinceramente, volviendo la vista atrás a estos cuarenta
(o veinte al menos) años últimos, me cuesta mucho creer que eso vaya a ocurrir
"natural o espontáneamente", lo que me hace volver los ojos hacia
partidos emergentes "prometedores" (en su día, iluso de mí, los volví
hacia los orígenes del actual Podemos) como el actual Vox, comprensiblemente
denostado y atacado por "la casta" (dado que sus planteamientos van,
precisamente, en la dirección de las soluciones que he apuntado de recortar
poder chiringuitista). La cuestión es ¿se mantendrá VOX en su "pureza
ideológica" o se convertirá finalmente a la cultura de la casta y el
chiringuito?.