A cuenta del próximo congreso de PODEMOS que se celebrará
este fin de semana y de las supuestas o reales diferencias de enfocar el futuro
inmediato del partido, el viernes en un programa de "La Sexta" se
entrevistó a Pablo Iglesias y ayer domingo en distinto programa pero de la
misma cadena se realizó una entrevista-masaje a Íñigo Errejón.
Quiero distinguir entre entrevista y entrevista-masaje, me
parece de resaltar que si hay una periodista incisiva hasta el extremo de que a
veces, a menudo, si el personaje no es de su gusto político, prácticamente no
le deja contestar y sin solución de continuidad vuelve a repreguntar o matiza
todavía con mayor virulencia la propia pregunta que no ha dejado contestar, esa
es, no es otra que, Ana Pastor. Sin detrimento de que me parece una excelente
periodista, generalmente bien informada, realiza preguntas siempre de interés
para el televidente, bien asesorada por un equipo que hace muy bien su trabajo,
en fin, ese tipo de periodista con el cual el personaje político difícilmente
se puede sentir cómodo.
En alguna otra ocasión pero ayer clamaba al cielo, Ana
Pastor bajó el diapasón de la exigencia hasta un límite más propio de una sala
de masajes, por el cálido tono empleado y por el tiempo, rectifico, no fue
exactamente una entrevista-masaje, fue sin duda alguna "Un
publirreportaje-masaje". No, Sra.
Pastor, si a Ud. lo que le gusta y maneja más que bien es la disciplina inglesa
y el látigo es instrumento indispensable, aplíquelo Ud. a todos los
entrevistados por igual, cualquier parecido con su última entrevista a la Sra.
Aguirre es puritita coincidencia, es Ud. una excelente periodista, pero, una
excelente periodista selectiva.
Bien, desde hace ya un tiempo y por diversos medios, parece
que hay un desacuerdo, no pequeño, entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón y eso
provoca que no salgan de la luz de los focos mediáticos, que es a la postre lo
que uno y otro pretenden. Desde la
atalaya de mis cumplidos 61 años, ya no me creo ni lo que veo ni lo que oigo, a
duras penas lo que reflexiono, tampoco esto último con ninguna garantía, quiero
decir que, tengo para el caso dos hipótesis que trataré de exponer:
Hipótesis 1:
Parece, y digo parece, que el desencuentro entre los citados
dirigentes sería a grosso modo, que mientras el Sr. Pablo Iglesias quiere ser
más fiel a las esencias, aún a costo de cierto estancamiento en la progresión
del partido, el Sr. Íñigo Errejón, aboga por una apertura al universo electoral
de manera que no parece estar dispuesto a esperar sine die, quiere influir ya
en la política del país, y si con ello se pierde o deshilacha en parte la
esencia, no importa, el fin justifica los medios.
Hipótesis 2:
Siendo como son ambos, eso sí, siempre con la ayuda
inestimable de algunos medios bien conocidos y constatados, dos artistas del
marketing mediático, también pudiera ser, perfectamente, que todo fuera un
plato perfectamente cocinado en la cocina de PODEMOS, para dar relevancia y
crecimiento a la formación política.
Que yo recuerde, nunca la pre-celebración de un congreso de un partido,
tuvo y gozó de tanto seguimiento por parte de los medios de comunicación.
Personalmente me apunto a la segunda hipótesis, el tiempo
dará y quitará razones y a ellas me atendré gustosamente, pero, no dejo de
observar algo que pudiendo parecer nimio, no lo es, ambos, ambos, no parecen
saber empezar una reflexión, una afirmación, sin una muletilla que ya me está
resultando algo más que molesta, y no es otra que ... "creo que" Efectivamente, todas o casi todas las
frases empiezan con el consabido ... "creo que", del que mas que
usan, abusan.
Voy acabando, creo que estamos asistiendo a una obra de
teatro urbano, confeccionada por unos muchachos que lo único que pretenden es
"asaltar el cielo" y la única diferencia que tienen es el tamaño de
la escalera, y creo que no se fabrica ni comercializa esa escalera en el
mercado actual.