La
noche de las últimas Elecciones Generales cundió el pánico entre los dirigentes
de PSOE y PODEMOS, que obtuvieron unos resultados bien diferentes a los que
esperaban, sobre todo la primera formación, unido ello al auge de VOX provocó
que en el escaso margen de 24 horas se fundieran en un abrazo los hasta
entonces irreconciliables Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Ese
abrazo propició que en lugar de hablarse y especular sobre los malos resultados
electorales, se pasase de inmediato a hablar sobre la formación de la anunciada
coalición, y empezó una carrera hacia la materialización del llamado Gobierno
de Coalición Progresista, al tiempo se era muy consciente de que alargar el
período de consecución del mismo podría ponerlo en peligro, a más correr del
tiempo más posibilidades de que el empeño pudiera fracasar, una vez más.
Dicho
de otra manera, se procedió al establecimiento de un matrimonio de
conveniencia, que el tiempo en esto como en cualquier otro orden dirá que
estabilidad tendrá, y actuando como testigos nada más y nada menos que PNV y EH
Bildu, entre otros, que tienen muy claro que la sempiterna obtención de parte
de sus exigencias pasa inexorablemente por facilitar y preparar el lecho para
que se lleve a cabo la coyunda. La boda fue civil, por
supuesto, ejerciendo un juez, ERC, que les ha puesto a los contrayentes unas
exigencias draconianas, mucho más exigentes que si hubiera sido religiosa.
Celebrado el
evento, y con la algarabía propia del caso no exenta de lágrimas por parte de
uno de los contrayentes, que aún no se cree haber seducido a tan apuesto efebo,
se consumó el acto, escogiendo ambos contrayentes como lugar de la luna de
miel, Teruel, y descartando por razones obvias tanto Cantabria como Canarias.
Y
llegados a este punto, oigo, veo y leo, que no se le augura al reciente
matrimonio demasiado éxito, no estoy de acuerdo y ojalá me equivoque, pero a lo
largo de mi vida he podido observar que justamente los matrimonios más estables
son los que se hacen por conveniencia, la pasión tal como viene se va, pero el
interés no digamos la necesidad de permanecer unidos es una argamasa mucho más
estable y duradera, sin olvidar que "el poder" une poderosamente.
De
momento, con un desatado entusiasmo digno de mejor causa uno de los
contrayentes ha filtrado a los medios sus probables ministros, saltándose las
más elementales normas de comportamiento, teniendo que intervenir el macho alfa
para marcar los tiempos y de paso tomarse un respiro ante la azarosa vida
conyugal que tiene por delante.
Me
permito denominar a este matrimonio como la Coalición del Somnífero, que buena
falta hará para que uno de los contrayentes, así como el 95% de los españoles
podamos dormir tranquilos, tal y como afirmó D. Pedro Sánchez Pérez-Castejón, a
la sazón Candidato a la Presidencia del Gobierno.
En fin,
iremos viendo, e iremos dando nuestra opinión ante el devenir del incierto y
oscuro futuro que nos espera.