martes, 1 de mayo de 2018

Titulitis


Cuando ya era absolutamente evidente que lo del master de Cifuentes había sido un fraude académico en toda regla, con indicios de delito por falsedad de documento público, y que en la URJC le habían regalado el título sencillamente “por ser vos quien sois”,  ella mantuvo la absurda estrategia de esa alocada huida hacia adelante, mintiendo una y otra vez y hasta contradiciéndose con sus propias mentiras,  en lugar de optar por alguna salida, si no muy airosa, sí por lo menos, decente,  como aceptar la cruda realidad, pedir disculpas y anunciar que renunciaba a ese título. Probablemente, de haber hecho eso al principio, habría salvado el cargo de presidenta de la Comunidad de Madrid, en el que le quedan dos telediarios.
Ese fue el error catastrófico que cometió ella, pero quienes acabaron de rematar la faena fueron sus compañeros de partido y los voceros mediáticos de la derecha, quienes, en un intento desesperado por defender lo indefendible, optaron por el “y tú más”, pero poniendo el ventilador equivocado  y aireando casos de currícula inflados y títulos bajo sospecha de políticos de la oposición.
Ya dije (no recuerdo si aquí, pero desde luego sí en algún otro foro), que esa táctica de “contraataque” me parecía darse un tiro en el pie por parte del PP, por no decir un verdadero suicidio, porque esa práctica de engordar los currícula con títulos y "meritos" inexistentes, como mínimo falta de ética y que a mí me parece bochornosa y que denota la ínfima calidad de los políticos que tenemos en este país, está desgraciadamente extendida y no es patrimonio de los políticos de izquierda; antes al contrario, por alguna razón, parece que la derecha está algo más afectada por la “titulitis” que la izquierda, por lo que ya anuncié que estaba convencido de que esa táctica del contraataque iba a volverse contra ellos.
Y el efecto boomerang  está siendo más serio de lo esperado, porque no solo están saliendo casos verdaderamente patéticos de currícula de políticos del PP inflados de forma casi humorística, con tres o cuatro titulaciones en una ficha personal en el Congreso  o en los parlamentos regionales que luego desaparecen por arte de magia (como el caso de Tomás Burgos, Secretario de Estado de la Seguridad Social), sino que, al abrirse la veda, están saliendo a la luz asuntos más graves, en los que ya aparecen titulaciones y certificados académicos “existentes”, pero presuntamente  falsos o fraudulentos, con inquietantes similitudes con el caso de Cifuentes, como el de Pablo Casado, Vicesecretario General de Comunicación del PP, cuyo master, similar al de Cifuentes, lo obtuvo del mismo Javier Álvarez Conde, habiéndosele convalidado “irregularmente” 18 de las 22 y habiendo aprobado las  4 restantes, con sobresaliente, sin ir a clase, sin examinarse y sin conocer a los profesores ni hablar con ellos siquiera.
Ya digo; un tiro en el pie y bien fuerte.
Ya veremos a dónde nos lleva todo esto.